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¿Qué es educar en valores?
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Es no meter el machismo en la casa.
Es no meter la xenofobia en la casa.
Es no meter el materialismo en la casa.
Es no topar lo ajeno y meter ese mal ejemplo en la casa.
Recuerdo que estábamos jugando en el colegio y de pronto una compañera se cayó y se puso a llorar. En eso, se vio las rodillas lastimadas y lloró más duro mientras decía: "mi papá me va a hablar porque me 'rasmillé' las rodillas". Todas nos miramos unas a otras. ¡¿Por qué?!
"Porque voy a parecer hombre, eso dice mi papá y me va a hablar" – y siguió llorando.
Estas creencias sumadas a lo que decían los libros escolares, dejaban marcado el machismo en nuestra alma.
¿Se acuerdan de que nos enseñaban a leer con frases como: "Mamá lava los platos, papá ve televisión; mamá tiende la cama, papá juega al fútbol?".
Así eran los textos escolares. ¡En serio!
Por suerte en mi casa lo primero era el respeto entre papá y mamá. Además, era normal que mi papá nos diera el desayuno y nos preparara las loncheras. Nuestra niñez fue hermosa, sin excesos, con igualdad, amor y valores.
¡Gracias papá y mamá por darnos tan buen ejemplo!
Quien no agradece a sus padres por los valores heredados, y a Dios por los buenos padres, se pierde el valor más lindo y con mayor retorno: la gratitud.
Hay una caricatura que recorrió los celulares alrededor del tema de la xenofobia: una mamá le pregunta a su hija al volver de la escuela si en su clase hay muchos venezolanos. La niña responde: no, solo hay niños.
Educar en valores es evitar los estereotipos, es no hacer bullying a la pareja ni a los hijos, así ellos no lo hacen a otros.
El cuidado a los demás, el autocuidado y la autoestima, evitan que los niños y jóvenes se conviertan en un acosador/a escolar.
Educar en valores es no juzgar lo que hacen o dicen los demás. Es no murmurar a sus espaldas, criticar y descalificar. Es educar para formar líderes.
Tener liderazgo es servir, es tener integridad, perseverancia, devoción, curiosidad, profundidad, fiabilidad, asombro, pasión y entendimiento. Es una manera de vivir.
Educar en valores es tener conciencia ambiental y enseñar a los hijos hábitos sostenibles desde pequeños, como apagar luces que no son necesarias, y cerrar el grifo de agua, es clasificar la basura y evitar el plástico.
Es pasar días en la selva para aprender a cuidar sus animales y plantas.
Con mis compañeras fuimos a la celebración de los 55 años del Colegio Los Pinos, donde nos graduamos. En un rótulo gigante decía: mujeres que cambian el mundo.
Me he pasado pensando en esa frase.
¿Cómo cambiar el mundo?
"Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo" -dice Gandhi.
¿Qué hemos hecho de especial o podemos hacer para la sociedad donde vivimos y trabajamos? Trabajar con eficiencia y honestidad. Ser personas de una sola pieza, no sumisas, que no recibimos órdenes de nadie sino de nuestra conciencia.
Dejar un legado más fecundo además de ser buenas profesionales. Educar a los hijos e hijas en valores es un aporte que trasciende. No criar machistas, misóginos, materialistas, xenófobos, acosadores, delincuentes.
De mi parte me propuse reforzar este año cinco valores: la fe, la creatividad, la sabiduría, la autenticidad y el servicio con humor.
Otros valores para enseñar y trabajar según se necesite son: laboriosidad, orden, respeto, voluntad, responsabilidad, solidaridad, empatía, amor, honestidad, paciencia, humildad.
Mujeres que cambian el mundo es un rótulo que nos hace ver lejos. Lograr cambiar el mundo. O al menos una parte de este.
Tenemos una tarea inmensa todavía, desde "las grandes" como les decíamos a las chicas de la primera promoción, y que ya son mayores y podrían dedicarse a disfrutar de la jubilación y a cuidar a los nietos; hasta las recién graduadas.
Nos queda mucho por hacer.