Economía y Desarrollo
Acceso a educación y movilidad social en Ecuador
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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La movilidad social es el proceso de cambio en la situación que tiene una persona. Se habla de movilidad social intergeneracional cuando se analiza de manera comparativa una generación frente a otra. Es decir, se compara la situación de una persona con la de su madre o padre.
La movilidad social se analiza usualmente en términos de riqueza, ingresos, empleo, salud o educación. Esta última da cuenta de una aproximación al nivel de capacidades que tiene la sociedad.
A continuación, se analiza la movilidad social en términos del nivel de educación en Ecuador. Para esto se usa la ronda anual de 2022 de la Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en la que se identifica a jóvenes (18 a 29 años) que residen en un hogar cuyo jefe/a es su padre o madre.
De esta manera se identifican dos generaciones:
- La primera con una edad promedio de 53 años y 9 años de escolaridad (padres/madres)
- La segunda con una edad promedio de 23 años y 13 años de escolaridad (hijos/as).
Se observa que existe movilidad social ascendente en el país, en promedio los hijos/as tienen 4 años adicionales de escolaridad que sus padres/madres. Sin embargo, el nivel de escolaridad sigue siendo relativamente bajo. El 58,0% de la población joven tiene estudios de bachillerato.
Siendo más específicos, el 30,5% de las personas jóvenes tienen estudios de bachillerato y son hijos/as de una persona con educación básica (el equivalente a alfabetización o a los siete primeros años de educación general básica). Hay movilidad social truncada en el nivel de bachillerato.
El segundo grupo es el de personas jóvenes con estudios de bachillerato que son hijos/as de una persona con bachillerato, que abarca el 17,6%. En este caso no hay movilidad social.
En cuanto a educación superior, se observa que el 30,7% de las personas jóvenes tienen estudios de este nivel, en comparación con el 12,3% de sus padres o madres. Evidenciando nuevamente la presencia de movilidad social, aunque limitada, la mayor parte (20,9 puntos porcentuales del 30,7%) corresponde a jóvenes cuyo padre o madre tiene estudios de bachillerato, superior o de posgrado.
En el caso de la población joven empobrecida, que se ubica en el decil 1 (10% más pobre), el 64,5% tiene estudios de bachillerato, y el 15,9% estudios de nivel medio (el equivalente a los últimos tres años de educación general básica), mientras que apenas el 15,4% cuenta con estudios de educación superior. Si bien se evidencia un proceso de movilidad en comparación con sus padres/madres, este no supera el bachillerato. Apenas el 13,8% (cerca de uno de cada diez) logra acceder a educación superior o de posgrado, cuando su padre/madre no lo hizo.
Con fines comparativos, en el decil 10 que corresponde al 10% más rico de la población, se observa que el 67,4% de jóvenes tienen estudios de educación superior, y de estos 40.3 puntos porcentuales corresponde a jóvenes cuyo padre o madre tuvo estudios superiores o de posgrado.
En las generaciones analizadas se observa que existe un proceso de movilidad social ascendente en términos de nivel educativo, aunque restringido hasta el bachillerato, dejando a la educación superior lejos de ser una opción real para las personas jóvenes. Más aún cuando se evidencia que el acceso a educación superior está determinado fundamentalmente por el nivel de ingresos.
Potenciar el desarrollo requiere la generación de capacidades en la población. Para esto se necesita eliminar barreras económicas de acceso que limitan la culminación del bachillerato y la educación superior.