Canal cero
Volver a la Cívica
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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No se ama lo que no se conoce. No se puede pedir que los jóvenes actúen con valores porque no se los promueve. Por ello era indispensable que se volviera a establecer en el sistema educativo el estudio de Cívica, que fue sacado del plan de estudios hace como 12 años. Así lo ha resuelto la ministra de Educación y la noticia es más que bienvenida.
En la década final del pasado siglo y en la primera del presente se hizo un gran esfuerzo por redefinir a la Cívica como asignatura para que cumpla su función y se logró formular una propuesta y materiales de enseñanza adecuados.
La Cívica debe estar presente en todo el proceso educativo y ahora ya es parte de los contenidos de la Educación Básica. Pero es indispensable también contar con una asignatura específica en el bachillerato, que prepare a los jóvenes ciudadanos y ciudadanas para el ejercicio de los derechos políticos.
La asignatura Cívica para el bachillerato se integró en el conjunto “Educación para la Democracia”, junto con “Realidad Nacional” y “Educación Ambiental”.
La Educación para la Democracia aplicó novedosos criterios pedagógicos y recursos didácticos actuales. Se trató de evitar los errores y limitaciones que se han criticado en la enseñanza del pasado y se incluyó ciertos temas polémicos con total apertura. En especial, se trató de llegar a los intereses y experiencias de los jóvenes, que son los destinatarios de la asignatura.
La Educación para la Democracia fue concebida para contribuir a la incorporación de los jóvenes al medio social y político. No se circunscribe a las aulas. Es un conjunto de conocimientos y un espacio de acción y compromiso donde no se “aprende” democracia y valores cívicos, se los desarrolla en la propia comunidad educativa y en el compromiso con el país del que los alumnos son parte.
La Educación para la Democracia fue adoptada por el Ministerio de Educación y luego fue objeto de la Ley de Educación para la Democracia. Tuvo varios años de vigencia, pero apenas se había iniciado su enseñanza, se la suprimió sin dar razones y se derogó la Ley.
Ahora, felizmente, el ministerio ha escuchado el clamor público y ha resuelto volver a la Cívica y quizá a todo el contenido de la Educación para la Democracia, ofreciendo a los jóvenes conocimientos que les permitan interpretar y entender la situación política, social, económica y ambiental del país y les prepare para participar como ciudadanos y ciudadanas responsables. Las reformas educativas no solo se enuncian, se hacen.
Al enseñar Cívica no debemos pensar que solo hay una forma de entender y amar a la Patria.
Los jóvenes perciben y piensan la Patria a su manera y se sienten parte de ella mediante vínculos que a veces no son perceptibles para los mayores. Pero está allí. Reconocerlos no es solo una tarea de los maestros, sino de todos los ecuatorianos que queremos construir un país de unidad en la diversidad.