El Implacable VAR
Ecuador irá al Mundial Femenino Sub 17 para dejar atrás los horrores de 2015
Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.
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El Mundial Femenino Sub 17 será la oportunidad perfecta para reivindicar a las jugadoras de Ecuador del padecimiento que resultó el Mundial Femenino de 2015. Ese torneo fue tan terrorífico, que supera a cualquier libro de Sthephen King, el maestro del horror.
La experiencia de Canadá 2015 fue un auténtico desastre, que acabó con la Selección nacional en el sótano del grupo C, con cero puntos y -16 de gol diferencia luego de tres partidos. Ecuador fue el peor equipo de ese Mundial y el combinado que más ternura despertó, casi la misma que se siente cuando San Marino o Liechteinstein juegan contra Francia o España.
Para la historia quedará ese pavoroso 10-1 con el que Suiza venció a la Tricolor, el peor resultado de un equipo de fútbol ecuatoriano en cualquier competencia mundial, sea de varones o mujeres.
Por supuesto, la presentación de 2015 fue la prueba inequívoca de las enormes distancias que existían entre el fútbol femenino del mundo con el de Ecuador. El nivel de competencia interna, la profesionalización y las inversiones que realizan Canadá, Estados Unidos, Japón y los europeos no se comparaban a lo que se vivía en Ecuador.
En realidad, las distancias siguen siendo grandes. En Ecuador ahora existe una Superliga femenina, pero no es tan súper que digamos. No existe el volumen de partidos de otros países y el profesionalismo no está conseguido al 100%. Con poco ritmo y escasos ingresos, el fútbol femenino de Ecuador sigue en la zona del amateurismo.
También es grande la diferencia de Ecuador con Colombia y Brasil, los mejores equipos de nuestra región. Ambos golearon a Ecuador en el cuadrangular final del reciente Sudamericano Sub 17. Pese a los esfuerzos de los dirigentes para mejorar la situación, es la realidad de hoy.
No pensemos, sin embargo, que no existe mérito la clasificación del equipo femenino Sub 17 al Mundial. Al contrario. Se dejó en el camino a selecciones que tienen más trayectoria en esta categoría, como Chile. Se eliminó al anfitrión, en uno de los cotejos más heroicos que se recuerden. Y el entrenador Eduardo Moscoso ya está sacando provecho de un interesante proceso enfocado en las formativas.
Por todo eso, es razonable pensar que no se repetirá el naufragio de 2015. Esta vez, Ecuador irá mejor preparado y con mayores argumentos para demostrar hasta dónde ha crecido su fútbol femenino. Lo más importante, sin embargo, será dejar atrás ese fantasma que persigue al fútbol femenino desde 2015.