Con Criterio Liberal
Ecuador descentraliza la estrategia de vacunación y alcanza récords
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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Mire usted el gráfico para disfrutarlo, vuelva a mirarlo y deléitese pues, por desgracia, son pocas las ocasiones en que Ecuador lidera un ranking internacional tan positivo como el de ciudadanos vacunados al día ajustado por población.
¿Qué ha podido pasar para estar ahí arriba? ¿Qué cambió el 2 de julio, cuando la curva de vacunación de Ecuador comenzó a ascender y a pasar de entre el montón de países a ser líder?
Pues aplicar los principios básicos de economía como una buena gestión descentralizada y una colaboración del Gobierno con las empresas.
Por desgracia, en Ecuador desde el inicio de la pandemia hemos visto pasar a seis ministros de Salud, y cada uno de ellos con un plan (o no), y todos ellos fracasados.
Desde la asunción del gobierno de Guillermo Lasso se han obtenido las vacunas con una estrategia internacional amplia y efectiva, se consiguieron dosis más que suficientes, incluso desde antes de que tomara posesión.
Pero no es suficiente tener las vacunas, también hay que administrarlas.
Recordemos que, con el nuevo plan, centralizado en los lugares de votación, vimos por semanas cómo los ecuatorianos no asistían a sus citas. Se decía que muchos tenían miedo a las vacunas o que era porque la variedad de vacuna que se usaba no gustaba. Nada de esto tenía mucho sentido, pues nunca es buena idea culpar a los ciudadanos de los fracasos de los planes gubernamentales.
¿Entonces por qué hay ahora una vacunación masiva? ¿Han cambiado los ciudadanos?
No, lo que ha ocurrido es que se han empezado a aplicar los conceptos económicos básicos. La ciencia económica sirve para entender el comportamiento de las personas. En este caso hay dos ideas que cualquier estudiante de economía debe conocer y que se han mostrado cruciales: los costos de transacción y la competencia.
Antes teníamos un problema de costos de transacción, que es todo aquello que se requiere para realizar una acción, pero que no es el precio en sí mismo.
Por ejemplo, si quiero comprar una entrada para un concierto y no me la venden online sino que he de acudir hasta el recinto una semana antes del concierto, supone un gran esfuerzo para mí todo el tiempo y transporte empleados solo para adquirir la entrada, independientemente de su precio.
Así, en el caso de las vacunaciones, ir a un lugar específico, a una hora específica, que te indicaban por un mensaje un día antes, en función del censo de votación, era muy oneroso para muchos ciudadanos.
Por eso, cuando se ha permitido la vacunación en las empresas, han ocurrido dos efectos paralelos que han impulsado la participación masiva.
Por un lado los costos de transacción se han reducido al mínimo, pues cada uno se puede vacunar donde más le convenga, muchos en su lugar de trabajo, reduciendo costos de transporte, espera y pérdida de la jornada laboral.
Pero es que, además, se ha producido una sana (nunca mejor dicho) competencia entre empresas que ha fomentado la coordinación social.
En el caso de las universidades ha sido clarísimo. Cuando el personal y alumnos de X universidad han puesto en redes que los están vacunando, los de las universidades Y y Z han empezado a reclamar que su institución también lo haga.
En el mundo empresarial la competencia permite la innovación y una mejor coordinación social. En las jornadas de vacunación ha ocurrido exactamente igual.
Es una gran alegría saber que Ecuador es noticia por hacer las cosas bien (y gracias Richard Carapaz por ese podium en los Campos Elíseos), pero no ha sido algo ni imprevisible ni sorprendente, sino tan solo una lógica aplicación de los principios económicos básicos.
Así, junto a Pablo Lucio Paredes, ya proponíamos en febrero un plan de vacunación con la participación de las empresas privadas.
También decíamos que un control estricto, con un orden de prelación muy rígido (primero se vacuna tal grupo, luego tal otro) tendría como consecuencia ralentizar el proceso. La estrategia actual ha sido lo más amplia posible, permitiendo muchas vacunaciones por día, que es el objetivo deseado, sean o no del grupo predefinido por el organismo encargado.
Ojalá que este éxito nos sirva de lección para permitir la descentralización y la participación privada en la economía ecuatoriana, y que podamos ver a Ecuador en los primeros puestos de muchos ránkings más.