Ecuador: elecciones y Tercera Guerra Mundial
Pablo Cuvi es escritor, editor, sociólogo y periodista. Ha publicado numerosos libros sobre historia, política, arte, viajes, literatura y otros temas.
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Suena a título de prensa amarillista pero no lo es: el feroz ataque de Hamás contra la población civil de Israel – sabiendo que la respuesta del Estado judío sería implacable y conllevaría la invasión de Gaza – es el segundo capítulo de la Tercera Guerra Mundial, que arrancó con la invasión rusa a Ucrania.
Y en las elecciones de mañana en nuestro país se decidirá de qué lado se pondrá Ecuador en un conflicto mundial que exhibe en el Medio Oriente sus características más enconadas.
Aunque los palestinos y los judíos tienen razones históricas que alimentan la sed de venganza, nada justifica la masacre de civiles en ambos lados. Por eso, la ONU acusa de crímenes de guerra tanto a Israel como a Hamas.
Para colmo, esas imágenes de las matanzas y el bombardeo de ciudades le vienen de perlas a Putin para lavar su imagen y continuar arrasando Ucrania, que es la primera víctima colateral de la apertura de este segundo frente en el Oriente Medio, pues debilita el apoyo de EE.UU. a Kiev.
Un apoyo que ya está seriamente amenazado, en el Congreso norteamericano, por la política de los republicanos que acatan como borregos las directrices de Donald Trump, amigo y admirador de Vladimir Putin.
Otro de los objetivos manifiestos de Hamas –que encaja en la política de Irán– es torpedear la política de acercamiento de Israel, promovido por Estados Unidos, con varios países árabes; en particular, con Arabia Saudita, enemigo atávico de los chiítas de Irán.
Se buscaba dar una cierta estabilidad a la región sin abordar el problema palestino. Absurdo: ahora Irán y Siria llaman a la unidad árabe contra "el sionismo".
Por eso es irrelevante saber cuán directamente se involucró Irán en la provocación sanguinario del sábado pasado. Lo concreto es que detrás de Irán, teocracia que financia y entrena a Hamás, Hezbolá y otros grupos terroristas, se hallan Rusia y China, potencias que declararon su amistad invulnerable en vísperas de la invasión a Ucrania.
El enemigo principal de todos ellos es Estados Unidos, cuya hegemonía mundial viene siendo erosionada desde el ataque a las Torres Gemelas y las estúpidas y desastrosas guerras que el imperio mantuvo por largos años en Irak y Afganistán.
Junto a EE.UU., los adversarios autoritarios y totalitarios del dólar y las democracias liberales incluyen –bajo la categoría de malvado Occidente– a Canadá, Europa y algunos otros países; entre ellos Israel, por supuesto.
La única otra potencia de gran calibre es India, que ya superó a China en población y busca un espacio intermedio, o "no alineado" como se decía antes. Aunque India expresó su respaldo a Israel ante el ataque terrorista de Hamás, en la última reunión de los BRICS (donde también participa Lula, quien dice que Ucrania es tan culpable como Rusia), invitaron a que se incorpore Irán.
En contraposición, el Reino Unido moviliza naves y helicópteros para ayudar a Israel en tareas de vigilancia de los grupos terroristas.
¿Dónde entra el Ecuador en este esquema? El Gobierno de Lasso ha estado claramente alineado con EE. UU. y si mañana gana Daniel Noboa seguiremos allí y no correrá peligro la dolarización.
Pero si gana Luisa, la política internacional del Ecuador empezará a ser definida desde el día lunes por Rafael Correa. Y a partir de diciembre, el país se ubicará con el Grupo de Puebla que plantea la desdolarización de la economía mundial.
En esa misma línea, que ellos llaman "de izquierda", volverán al primer plano Putin y sus viejos amigos del chavismo: Maduro, Ortega, Evo, Petro, Díaz–Canel y lo que sobreviva del kirchnerismo.
Esas amistades no incluyen a Gustavo Boric, quien ha criticado abiertamente los atropellos a los derechos humanos en Nicaragua, en Venezuela y en la invasión rusa a Ucrania. Por ello, de la nueva izquierda chilena tienen la peor opinión los pontífices de la revolución. En cambio, el Gobierno correísta votaba a favor de Corea del Norte en Naciones Unidas.
El peligro más grande surge de la pretensión china de recuperar Taiwán. Pero, a diferencia de los fanáticos de Hamás, China tiene la paciencia y la parsimonia de los viejos imperios. Todo lo planifica a mediano y largo plazo.
Esperemos que no decida abrir un tercer frente en el Pacífico, que involucre a países como Australia, Japón, Filipinas y Corea del Sur frente a Corea del Norte.
¿Pero qué posición tomará el Ecuador si esto sucede?
En la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. instaló bases militares en Galápagos y Salinas para custodiar el Pacífico en prevención de un ataque japonés. Queda para el lector dilucidar lo qué hará nuestro pequeño país respecto de un conflicto asiático según la candidatura que acceda mañana al poder.