En sus Marcas Listos Fuego
El secreto para que Ecuador sea rico
PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.
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Hoy les voy a explicar, desde lo jurídico, por qué Ecuador sigue siendo pobre, inseguro, cuartomundista y en vías del subdesarrollo.
Porque sí, el fenómeno económico tiene sus raíces, también, y sobre todo, en el Derecho.
El Ecuador no imprime dólares, eso está claro. Ahora prepárense para una oración eterna y sin puntuación: de nada sirve que en el comercio interno yo gaste USD 20 comprando papas a un ciudadano que con ese dinero compra pan para que el panadero pague la educación de sus hijos para que el dueño de la institución educativa ponga gasolina para que el gasolinero se meta en un problema legal y me contrate a mí para que yo con ese dinero pueda comprar papas.
Se entiende: a una economía de nada le sirve que el dinero circule ad-infinitum porque la inflación nos aplasta y cuando regresamos a ver, somos cada día más pobres.
Para ganarle a la inflación no necesitamos que los mismos USD 20 circulen sin parar, sino que se inyecte dinero a la economía. Sí, que lleguen y lluevan dólares.
Para que ingrese dinero de otros países, contamos con varias fuentes, pero para los fines de esta columna, me concentraré en dos: 1. En el crecimiento de las exportaciones (si yo exporto algo, el que me paga me envía dólares a Ecuador); 2. En la inversión extranjera.
Pero si conocen un poco de economía y comercio, sabrán que los grandes industriales de este país prefieren producir en Perú y que las grandes multinacionales no lo piensan dos veces cuando de instalarse en Uruguay se trata. ¿Por qué?
Por un concepto del que muchos hablan y pocos entienden. La clave de todo, de absolutamente todo, se llama SEGURIDAD JURÍDICA.
Grábense el concepto porque ese es el secreto para dejar de ser cuarto mundo, para detener la degeneración social que nos asedia, para que “paupérrima” no sea el calificativo que mejor defina a nuestra aldea.
Permítanme explicarlo con un ejemplo mundano: usted se gana la vida invirtiendo en la industria del fútbol. Cada vez que su equipo gana, usted gana dinero. Decide expandir sus inversiones y traer sus empresas a Ecuador.
Una vez que destina millones de dólares a este deporte en este lindo país, sus jugadores, debidamente alimentados, entrenado y preparados, juegan el partido tan esperado y ganan 4-0 al equipo rival.
¿Qué creen que ocurre con ese inversionista en el país? Lo siguiente: un grupo de bestias legislativas determinan que por cada gol que haya hecho su equipo deben pagar un impuesto especial (casi confiscatorio) y el poder ejecutivo, liderado por algún megalómano, sale en una sabatina y dice que a partir de ahora todo gol realizado se considerará auto-gol.
Usted, escandalizado por los cambios abruptos e ilegales en las reglas del juego, inicia acciones legales en Ecuador para detener la arbitrariedad de la que es víctima, pero se topa con un poder judicial que es político y no jurídico, el cual falla en su contra y además lo manda a pagar daños y perjuicios contra el Estado por el color de los uniformes que utilizó.
Visto el caso así: ¿usted invertiría en Ecuador?
Esto es lo que ocurre en el país. Somos un país sin seguridad jurídica y, las grandes empresas que dominan la economía mundial huyen de los lugares donde no existe seguridad jurídica.
Podemos definir a este concepto como: la certeza que tiene una persona (natural o jurídica) de la estabilidad de las leyes, así como de las consecuencias positivas y adversas de cada decisión que tome.
Si el Ecuador es el rey mundial de cambiar las leyes laborales, modificar las cargas impositivas, cambiar las reglas del juego, ¿por qué habría idiotas tan magnánimos como para venir a dilapidar sus fortunas en un tugurio de dictadorzuelos?
¿Y saben qué ocurre después? Viene a golpearnos en la cara la teoría económica de Nurkse, que va más o menos así:
- Un país es pobre cuando no tiene capacidad de ahorro.
- Si no tiene capacidad de ahorro, tiene un nivel de renta bajo.
- Si tiene un nivel de renta bajo, no atrae inversión extranjera debido al reducido poder adquisitivo de su población.
- Si no atrae inversión extranjera, no genera riqueza.
- Si no genera riqueza, se mantiene pobre.
¿Ven el círculo vicioso? ¿No les da escalofríos o aquí el único loco que ve las cosas soy yo, que ni economista soy?
Y por eso, si regresan a ver a, por ejemplo, Uruguay, descubrirán a la que todos conocemos como la Suiza de América Latina.
Uruguay ofrece, desde hace muchos años, seguridad jurídica, respeto a la ley, garantías de que ninguna ley posterior afectará las decisiones que se hayan tomado el pasado, zonas francas, exenciones de impuestos a la inversión extranjera, etc.
Cuando países como Uruguay te ofrecen eso, ¿económicamente qué creen que pasa? Llegan multinacionales, construyen enormes edificaciones (para las cuales contratan mano de obra nacional), contratan nacionales y traen mano de obra extranjera (a la cual pagan con dinero de la multinacional y dicha mano de obra extranjera gasta esa remuneración en su nuevo país), etc.
Es decir, se inyecta capital, nace la prosperidad, incrementa la educación, desciende la delincuencia y se duerme en paz.
Pero no se ofendan, que esta tierra tricolor en algo debe ser buena. No todo puede ser tan malo, ¿no? No se equivocan, porque campeones sí somos. Somos campeones en perder todo arbitraje internacional que las multinacionales y trasnacionales presentan contra Ecuador.
Somos número uno en pagar indemnizaciones millonarias. Sí, en lugar de atraer la inversión extranjera para inyectar dólares, hacemos lo contrario: ahuyentamos a los pocos incautos que invierten en Ecuador y, de una vez y para no andar con medias tintas, expulsamos dólares (en indemnizaciones) y así hacemos cada vez más pobre a este hermoso país.
¿Y saben qué ocurre cuando un país tiene estas prácticas de pobres de bolsillo y pobres de mente?
Se genera un caldo de cultivo para la delincuencia, el narcotráfico y, por ende, nos volvemos atractivos exclusivamente para el blanqueo de capitales. Es decir, somos una huevada pura y dura.
Y ya. Sí, ya mismo se me pasa el cabreo recurrente de vivir en una patria donde los que trabajamos remamos hacia adelante mientras los gobiernos reman hacia atrás.
¿Qué hacemos entonces? Eso se lo dejo a Daniel Noboa. Sí, Daniel, otra vez te hablo a ti porque ganaste las elecciones y ahora vas a aguantarme, semana a semana, que joda y joda para ver si provoco un mejor país.
De nada sirven las buenas intenciones, Daniel, de nada. ¿Quieres en verdad traernos prosperidad para contar con recursos para educar (y así reducir la delincuencia), para construir infraestructura, para darnos salud, para sacarnos de las sub-economía?
Entonces deja de hacer cualquier cosa que estés haciendo y, por favor, tatúate en los antebrazos "seguridad jurídica", obsesionante con ella, que solo en un país sin tierras movedizas y suelo firme, habrá progreso.