Con Criterio Liberal
La economía de Ecuador da buenas noticias que no producen titulares
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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El progreso es silencioso, cotidiano, se produce cada mañana cuando se va a trabajar, cuando se cierra una venta, cuando se aumenta la producción en una empresa, cuando se decide una inversión. Sin embargo, nada de esto produce titulares en los periódicos.
Las catástrofes, los dramas, los problemas suelen ser muy destacados y ocupar las portadas.
Como dice el proverbio: "Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece". Esto es, nos fijamos mucho más en lo que va mal, lo que es un elemento evolutivo entendible e importante (nos centramos en lo que puede ser un peligro y debe mejorar), pero que nos puede hacer perder la perspectiva y la capacidad de ser optimistas y felices.
Recientemente, se han publicado tres libros sobre la buena situación de la humanidad: 'En defensa de la Ilustración' de Pinker, 'Progreso' de Johan Norberg, y 'Facfulness', de Rosling, que además permite hacer un test para comprobar cómo estamos de equivocados con respecto a lo mal que creemos que va el mundo.
No existe un periódico que solo publique buenas noticias. Ni siquiera cada noticiero tiene una sección que comente cada día una buena noticia, y cada día se producen miles de ellas, pues cada día la humanidad progresa.
Digo todo esto pues en las últimas semanas en Ecuador se han aprobado:
- La ley que permite funcionar a Uber y Cabify y a otras plataformas similares.
- Un dictamen que permite que los GADs retengan las renta de IVA generadas en sus municipios, lo que puede fomentar la responsabilidad fiscal y eliminar las eternas disputas políticas de financiación del gasto local.
- Un decreto que permite transparencia en las cuentas del Banco Central, al sacar de las mismas las acciones de los bancos públicos que aún tiene el Estado.
- La firma de la incorporación de Ecuador al CIADI, el centro de arbitraje de inversiones internacionales.
Probablemente, sobre el opuesto de cada una de estas medidas yo hubiese escrito varias columnas, muy indignado, explicando por qué eran alentadas contra la libertad y contra la prosperidad de los ecuatorianos, contra la institucionalidad y las cuentas claras.
Sin embargo, cuando se han producido estos avances, que en el medio plazo podrán suponer mayor transparencia, claridad e inversiones en el país, empleo y evitar corrupciones, yo lo reduzco todo a una columna general, y apenas aparece en los medios, pues a los lectores no les suele interesar leer sobre lo que va bien, atrae más indignarnos por lo que va mal.
Pero en Ecuador, por suerte, comienzan a ir algunas cosas bien. Esperemos que sean muchas más. Que nos podamos aburrir en la prosperidad.