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¿Dónde vamos a invertir este nuevo año?
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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La vida es muy corta para gastarla en cosas que se acaban, dice Valeria Arellano, experta financiera. No endeudarse para comprar cosas materiales ni trabajar para pagar deudas.
Ella recomienda que es mejor invertir en construir un trabajo que disfrutemos, aportar a dejar huella en el mundo, invertir en salud, amar y dejarse amar.
¿Cómo entender este tipo de inversiones?
1. Construir nuestro trabajo
Nos cuesta ir al trabajo cada día, madrugar, alistarnos, dejar los chiquitos en la escuela, a veces en la casa, como estos días de fin de año, que es duro porque están los juguetes nuevos en la sala y los quieres estrenar con ellos, en ese calor de hogar que deja la Navidad.
Construir nuestro trabajo requiere sacrificio pero, sobre todo, y para que sea una inversión valiosa, requiere arte y convicción. ¿Te apasiona lo que haces? ¿Sueñas despierto en tu proyecto? ¿Estás dispuesto a dedicar tu vida por éste?
La mística de trabajar llega un día y nos hace sonreír, fluir mientras cumplimos las ocho horas o más de trabajo. Es real esta frase de Confucio, “encuentra un trabajo que ames y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida”.
“Lo único que necesita una persona que busca trabajo es que le den la punta del ovillo”, decía Leonel, el papá de una amiga, a quien recuerdo y admiro mucho.
Basta agarrar el hilo y seguir desmadejando la madeja. Nunca desdeñar esa oferta que por algo llega a nuestra vida.
Pero convertir la tarea en un arte requiere investigar sobre el oficio, ser parte de grupos que aprenden lo mismo y cuando aparece el conocido “círculo de comodidad”, salir de la caja, subir un escalón más. Encontrar una veta.
“Pensar fuera de la caja” es romper nuestros paradigmas y esquemas para ver más allá.
Algo increíble es pensar en el límite de la caja. Según la filosofía Lean, en los límites surgen ideas, oportunidades, alternativas, genialidades. El poder de los límites está en aprovechar las diferencias. Requiere disposición, astucia, apertura.
Por ejemplo, Apple no tuvo que arriesgar su marca, solo experimentar en el límite: se asoció con músicos y ahora guarda las canciones en el ipod.
La conexión de la tecnología con casi todo es un límite que sigue dando frutos increíbles.
2. Dejar huella
Recién pensé que la vida cobra verdadero interés cuando compartes tus cosas con los que más necesitan y/o cuando haces activismo por la naturaleza y sus animales.
Dejamos huella cuando ahorramos para la universidad de los hijos. ¡Qué proyecto más legítimo, duradero y fértil!
Pero la vida va más allá y una mañana amanecemos sin encontrar mucho sentido. Momento de hacernos un favor ayudando a alguien más. Mientras antes, mejor.
No seamos ansiosos de pertenecer a un grupo, encajar en la sociedad, que nos vean y aplaudan.
En Ecuador cada vez son más los jóvenes que entregan su vida a causas de ayuda. Proyectos como Caemba que construye casas para daminificados de desastres naturales; Niños de María que educa a niños vulnerables; Jefferson Rescata, rescatista de animales, y otros cientos de programas y personas de alto o bajo perfil que dan sin pedir nada a cambio.
Winston Churchill dijo: “Nos ganamos la vida con lo que obtenemos; pero hacemos una vida por lo que damos”.
3. Invertir en salud
Jana Fernández, especialista en fisiología del sueño, dice: “cuida tu cuerpo como cuidas tu celular: ponlo a cargar cuando lo necesite. Aprende a descansar.”
Salir a la naturaleza, dejar las pantallas, la luz artificial, descansar. Eso es invertir bien.
Comprar el traje, el vestido y el perfume de marca para ir a una invitación, pasando por la peluquería donde nos sacan brillo, es una transacción comercial de efectos temporales, efímeros.
Salir a trotar o caminar cada día y levantar pesas para alimentar los músculos resulta en una postura firme y aplomada a largo plazo. Es ser y no parecer. Es inversión pura y simple.
4. Amar y dejarse amar
Valeria Arellano dice que no estamos hechos para bastarnos a nosotros mismos.
Esa es la verdadera inversión: el autocuidado, el autoconocimiento, la espiritualidad, el dejarnos conmover por la necesidad de otros, el experimentar el abrazo de amigos y desconocidos.
En el 2024 les propongo invertir a largo plazo.