Efecto Mariposa
Dónde están las cifras de la desnutrición crónica infantil
Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.
Actualizada:
Lo que no se mide, no se controla, y lo que no se controla, no se puede mejorar. Esa frase, cuya autoría se atribuye al matemático William Thomson, se ajusta bien a la situación de la desnutrición crónica infantil (DCI) en Ecuador.
A esa conclusión llegué después de ver una entrevista con Erwin Ronquillo, secretario técnico de Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, que fue transmitida en un programa de la televisión a finales del año pasado.
El funcionario fue invitado para hablar de uno de los principales problemas de salud pública del Ecuador: la desnutrición crónica infantil. Ecuador es el segundo país de América Latina y el Caribe con mayores índices de DCI; el primer lugar lo ocupa Guatemala.
En la entrevista se refirieron al plan de este Gobierno para disminuir la desnutrición como "el programa estrella". Y por la pompa que se le ha dado a este grave problema, se podría entender que es así.
Después de ver a Ronquillo en la entrevista, me quedaron dudas sobre las acciones para disminuir y prevenir la DCI, pues, tras casi dos años de Gobierno, un plan que es considerado importante, al menos debería tener cifras oficiales actualizadas.
Y eso no lo digo solo yo, pues los mismos funcionarios de la presente administración calificaron como inaudito el hecho de no tener cifras actualizadas de la DCI, y criticaron duramente (y con toda la razón) a los otros gobiernos por el descuido.
Lo más actual que tenemos son los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), que fue realizada por el INEC, en 2018.
Lo que no se mide, no se controla, y lo que no se controla, no se puede mejorar.
La preocupación del Gobierno actual por las cifras de la DCI fue plasmada en el Plan Estratégico Intersectorial para la Prevención y Reducción de la Desnutrición Crónica Infantil, que tiene como objetivo trazar la ruta a seguir entre 2021 y 2025 para disminuir la DCI.
En este Plan se establece la necesidad de fortalecer al INEC en la medición, monitoreo y socialización de resultados con respecto a la desnutrición.
Además, se menciona en el documento que el INEC debe hacer cada año la Encuesta de Desnutrición Infantil (ENDI), para que la Secretaría Técnica pueda realizar su trabajo de manera seria.
Y parecía que todo iba bien, ya que, en abril de 2022, con fotos y selfis, las autoridades de los principales organismos implicados en la disminución de la DCI anunciaron que se destinaron USD 6,1 millones para la ENDI, y que esta se iba a desarrollar desde el 23 de abril hasta el 4 de mayo.
En la página del INEC consta el ofrecimiento de que las cifras preliminares de la DCI iban a estar listas para finales de octubre de 2022.
Esperaba que el secretario técnico de Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil mostrara las cifras de la ENDI, pero Ronquillo ni siquiera mencionó esta encuesta; y encima dijo que esperan datos del Censo para tener información actualizada sobre la DCI.
No sé cómo van a lograr eso porque las preguntas del Censo no contemplan información específica sobre la desnutrición.
De todas formas, si eso fuese real, y asumiendo que todo va bien con el Censo, recién tendremos información en octubre de 2023; es decir, en el mejor de los casos, habría que esperar 10 meses más.
La falta de números oficiales y actualizados de la DCI en Ecuador, que fue visible en la entrevista a Ronquillo, dio lugar a momentos incómodos. Como no hay datos, durante todo el programa se dijeron cifras confusas y que no cuadraban, al punto que no tiene sentido repetirlas en esta columna.
Para completar, fue invitada a la entrevista la exministra del Ministerio de Inclusión Económica y Social, Berenice Cordero, quien presentó otros números relacionados con la prevención de la DCI, dejando en evidencia que el ente técnico de combate de la desnutrición infantil no tiene las cifras adecuadas.
Lastimosamente, la conexión de Internet de Cordero tenía problemas, y se cortó su intervención.
Para salir de los apuros provocados por las estimaciones y los cálculos de las cifras de la DCI, se recurrió a una justificación que ya está desgastada: ningún gobierno se ha preocupado por la desnutrición.
Aunque esta afirmación puede ser cierta, no justifica que este Gobierno, que aparentemente se preocupa del problema, haga las cosas sin la rigurosidad técnica que requiere un tema tan delicado como la desnutrición infantil.
También, para intentar mostrar que el plan para disminuir la DCI avanza sin problemas, se presentó el testimonio de una beneficiaria del Bono de los 100 Días, programa dedicado a las mujeres embarazadas y a las madres de niños menores de dos años de edad en situación de vulnerabilidad.
Supongo que entrevistar a una persona que recibe el Bono es correcto para un programa de televisión, pero pretender que, a partir de la declaración de una sola persona, se evalúe la eficacia de un programa de disminución de la DCI es una práctica muy poco convincente.
De un organismo, como la Secretaría Técnica Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, que ha sacado la cara por este Gobierno en la parte social y que puso a la DCI en la mesa de asuntos prioritarios del país, esperaba mucho más en la entrevista.
No se puede pedir magia a este Gobierno, será imposible erradicar la desnutrición hasta 2025; no obstante, merecemos un tratamiento más técnico del tema y conocer qué ha pasado en estos últimos años con los niños que sufren desnutrición crónica.
Parece que tendremos que seguir esperando por la respuesta a esta pregunta, pues esta semana ingresé nuevamente a la página del INEC y encontré que la ENDI se realizará durante cinco meses, desde el 1 de marzo al 31 de julio de 2023. Cuando vi esta información pensé que era un déjà vu.