Con Criterio Liberal
La dolarización es algo para celebrar
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
Actualizada:
El pasado nueve de enero se cumplió el vigésimo aniversario del anuncio del entonces presidente Jamil Mahuad de dolarizar a Ecuador.
Creo que la dolarización es el acontecimiento más importante de la historia económica de Ecuador, un arriesgado cambio monetario que retaba a la mayor parte de los manuales de economía (y aún lo hace) y que ha supuesto un importante progreso para los ecuatorianos.
La dolarización se produjo en circunstancias muy difíciles. Algunos por interés político y otros, por ignorancia histórica, tienden a mezclar las causas con los efectos, los problemas con las soluciones.
Así, la dolarización fue la medida que puso fin a la crisis del año 1999, no la causa de la misma; la dolarización fue el fin de la pérdida de poder adquisitivo que se produjo con la devaluación del sucre y con el congelamiento de los depósitos, no el motivo por el que los ecuatorianos perdieron sus ahorros.
Cierto que, cuando se produjo la dolarización y se sinceraron los precios y se pudieron extraer los depósitos, ya se había producido la debacle, pero no se puede culpar a la dolarización de los desastres anteriores a la misma.
Por ello creo que es muy digno de celebrar este aniversario, y es importante que los mayores expliquen a los jóvenes lo que suponía vivir con una moneda constantemente devaluada, sin capacidad de ahorrar y de hacer previsiones a futuro.
El rotundo fracaso del intento del anterior gobierno de introducir un “dinero electrónico” que en la práctica podría ser un intento de desdolarizar, creando una pseudo-moneda paralela, puso de manifiesto la inteligencia monetaria de los ecuatorianos que, literalmente, no quisieron aceptar ese dinero que no eran dólares “ni regalado”.
Sin embargo, ciertas teorías económicas ajenas a la realidad vivida, así como un relato falso que culpa al dólar (o al imperio) de los problemas de Ecuador, nos puede hacer perder la perspectiva de todo lo positivo que ha traído la dolarización.
Ecuador comenzó el año 2.000 con un 65% de pobreza, y está ahora mismo con un 25% (habiendo llegado al 23%). Y, por desgracia, casi lo único que ha cambiado en la economía ecuatoriana ha sido la moneda.
Solo hay una manera de salir de la pobreza: creando y acumulando riqueza. Y ahora, gracias al dólar, los ecuatorianos pueden acumular el fruto de su esfuerzo sin miedo a que se vea destruido un 40% cada año por la inflación. Bendita dolarización que lo ha permitido.
¡Viva la dolarización!