Canal cero
"¡Devuelvan lo robado!"
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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En la Marcha Nacional Unitaria del Pueblo, convocada por el FUT el 1 de mayo de 2015, el grito fue: "¡Fuera Correa, Fuera!" y la consigna:
"Señor presidente, ¿qué es lo que ha pasado? Que cuatro pelagatos le tienen asustado".
Efectivamente, la gente percibía el nerviosismo del presidente Rafael Correa por la movilización popular que clamaba: "Devuelvan lo robado".
Él dijo que protestaban "cuatro pelagatos", que su marcha gobiernista daría "ocho a uno" a la del FUT.
Pero la marcha de la segunda fue enorme y la del correísmo mucho menor, pese a que en Quito confluyeron buses de todo el país con 'voluntarios' que venían al reparto de sánduches, temerosos servidores públicos, pobladores convocados con dádivas, aspirantes a empleos atraídos con promesas y oportunistas que antes habían apoyado a Bucaram, Mahuad, Lucio y Álvaro Noboa.
El grito "¡Fuera Correa, Fuera!" lo puso en retirada. Aterrado, incluyó en la tramposa reforma constitucional que hacía aprobar en la Asamblea Nacional para reelegirse indefinidamente, una norma que le puso fuera de la elección.
El gobierno de las 'mentes lúcidas, manos limpias y corazones ardientes', se tambaleaba por demoledoras denuncias de abusos y corrupción.
El autoritarismo y el robo de bienes públicos se basaban en una Constitución hecha ad hoc, que promueve el poder único, la intervención estatal en los medios de comunicación, la vulneración del derecho de libre expresión y también la desaparición de los mecanismos legales de control en la contratación pública, lo que permitió que se hiciera con ello una feria.
Correa llegó al extremo de designar una 'secretaría nacional' a nivel de ministerio, para que cobrara las coimas que se pedían a las empresas que contrataban con el Estado, y las distribuyera entre los del gobierno y los encargados de las campañas electorales del correísmo.
Por declaración de la propia exfuncionaria y de otros, se conocieron las libretas donde apuntaban los montos de la extorsión y del reparto.
Con pruebas claras, Correa, Jorge Glas, exfuncionarios y empresarios corruptos fueron enjuiciados penalmente y condenados como delincuentes.
Pero el que había dicho: "Si me prueban que he robado un centavo, me pego un tiro", siguió vivísimo… profiriendo insultos a diestra y siniestra.
Al final de su mandato, Correa sabía que iba a perder y no fue candidato en 2017. Lanzó al binomio de Lenin Moreno-Jorge Glas, que ganó por estrecho margen.
El nuevo presidente convocó a una consulta popular y rompió con su antecesor. Se logró avances en la institucionalización del país, pero la corrupción continuó sin que nadie pudiera pararla.
Cuando Correa volvió al país, para liderar la campaña contra la consulta, sufrió el rechazo general. Luego, ya sentenciado, permaneció en su reducto de Bélgica, tronando y lanzando improperios.
Pero no pudo borrar de la memoria: ¡Fuera Correa, fuera! y ¡Devuelvan lo robado! Lo primero terminó siendo verdad, pero no lo segundo, no devolvieron nada.