Economía y Desarrollo
La desnutrición crónica está condicionada por la pobreza y la vulnerabilidad
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) presentó los resultados de la
Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI), con información levantada, entre el 15 de julio de 2022 y el 15 de julio de 2023, a una muestra de 22.848 viviendas.
Los resultados muestran que el 17,5% de niños y niñas menores de 5 años país sufren de desnutrición crónica infantil (DCI).
Ecuador es el cuarto país con mayor DCI en la región, superado únicamente por Guatemala (42,8%), Haití (20,4%) y Honduras (19,9%). Los países vecinos, Colombia y Perú, presentan una prevalencia de 11,5% y 10,8% respectivamente, mostrando una diferencia significativa frente a la situación del país.
Las DCI tiene un claro perfil territorial. En el área rural de la sierra esta alcanza al 27,4% de niños y niñas menores de 5 años, y en el área rural de la Amazonía al 25,4%, siendo las zonas con mayor prevalencia de DCI. Además, se registra una mayor prevalencia en niños y niñas indígenas, alcanzando el 37,9%. De esta manera se evidencian las desigualdades territoriales y étnicas que son fruto de la mala distribución de la riqueza, el racismo, y la falta de inversión pública.
Uno de los principales determinantes de la DCI es la calidad del agua. El INEC encuentra que el 36,7% de los hogares consume agua contaminada con E.coli. En el área rural este indicador aumenta hasta el 56,5%. La carencia de servicios básicos se vincula con la falta de acceso a vivienda digna.
Adicionalmente, la DCI se relaciona fuertemente con la pobreza. La prevalencia aumenta hasta el 21,5% y el 21,3% en el decil 1 (10% más pobre) y decil 2, mientras que se reduce al 12,0% en el decir 5 (10% más rico). Es así como un niño o niña que nace en un hogar empobrecido tiene una mayor probabilidad de desnutrición y por ende un deterioro en su salud con consecuencias para toda su vida.
Finalmente, se observa que la desnutrición crónica infantil se vincula con otras problemáticas como el embarazo infantil y adolescente. La prevalencia de DCI en niños y niñas cuya madre tiene entre 15 y 19 años es del 23,8%, se reduce al 19,1% en el caso de madres de entre 20 y 24 años, al 16,7% para madres de entre 25 y 29 años, y al 15% en madres de entre 30 y 34 años.
Esta relación evidencia el vacío en programas y servicios de prevención del embarazo infantil y adolescente.
La desnutrición crónica infantil es una de las tareas pendientes en Ecuador. El Estado ha sido incapaz para definir e impulsar un programa integral que vaya a las causas estructurales de este problema: falta de inversión pública, mala redistribución de la riqueza, y un limitado abordaje de la salud sexual y reproductiva.