El Implacable VAR
Deportivo Quito: ¿vale la pena reflotarlo o es un caso perdido?
Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.
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En estos últimos ocho años, la existencia de Sociedad Deportivo Quito ha tenido una sola finalidad: permanecer como un ejemplo descarnado y doloroso de lo que le puede ocurrir a un club de fútbol profesional cuando es administrado rematadamente mal.
La AKD no ha sido el único equipo que ha sufrido administraciones deplorables, pero pocas han sido tan perniciosas como las de Deportivo Quito, el equipo "ingobernable" que lo hipotecó todo para ser campeón.
Actualmente, existe una deuda reconocida de USD 7 millones, baja en relación con las de otros equipos como Liga y Barcelona, pero que se convierte en un pesadísimo fardo cuando se pasa revista a los activos. De entrada, los chullas carecen de un estadio propio; construirlo fue un sueño que apenas alcanzó a materializarse en una maqueta que ahora está empolvándose en alguna bodega.
Tampoco existe un complejo propio como tal, pues el terreno es municipal, y no existen contratos con jugadores importantes.
Los hinchas pueden ser un valor a considerarse, por supuesto. Sin embargo, en una época en que el streaming lleva la voz cantante en la configuración de los presupuestos, no es determinante que la fiel afición azulgrana lleve sus legendarios 'dos corazones' a las gradas.
Pero se dice que basta una hendija para que entre la luz y retroceda la oscuridad. Y parece que este 2024 será el año en que Deportivo Quito se sacudirá de la mala suerte gracias a una ayuda significativa para intentar su regreso a Primera categoría.
Independiente Juniors, que juega en la Serie B, prestará jugadores a la AKD. Esos futbolistas, formados por Independiente del Valle, ganarán experiencia y sentirán la presión de colocarse una camiseta pesada, tanto por su historia como por las expectativas creadas.
"Nada es por amor", dice la sabiduría popular, y es obvio que Independiente, con el pretexto de contribuir con el rescate de un equipo tradicional, lo que realmente pretende es expandirse, mostrar su mercadería y hacer negocios.
También puede existir la intención de reflotar a un club que eventualmente puede ser aliado en la LigaPro. A Pichincha no le vendría mal una ficha adicional, sobre todo con legitimidad histórica, y para lograrlo solo basta con colocar a los chullas en la Serie B.
Incluso el espectáculo del fútbol podría mejorar. El regreso de cotejos como el Clásico del Pueblo con Aucas y los duelos con Liga, El Nacional, Barcelona y Emelec podrían aportar más sustancia e interés que partidos que apenas tienen televidentes.
Además, la actual directiva azulgrana (que debe sortear un problemita con el Ministerio del Deporte) tiene planes interesantes, como ceder la administración a expertos en el tema de gestión deportiva y volver a potenciar las divisiones menores.
En resumen, hay esperanza.
Pero no olvidemos que estamos hablando de Deportivo Quito, eterno imán de desgracias e infortunios. Cuando se trata de la AKD, todo puede ocurrir. Se verá si, tras ocho años de penas, ahora sí llegan a pasar cosas buenas.