Al aire libre
Hacer cada año algo diferente, viviendo del deporte
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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"Siempre me ha gustado estar en algo que no es mi zona de confort", dice Martín Sáenz, también conocido como El Doble.
Martín Sáenz es un referente en el deporte de aventura, con 26 años de experiencia compitiendo, con nueve mundiales y con un marcador de dos horas cincuenta minutos en su primera maratón, una hazaña que solo los corredores élite logran.
Martín dice:
-El año que se acaba fue bien raro. Yo tenía la intriga de correr una maratón y empecé en BET que es una empresa de entrenamiento deportivo. Dejé de lado las carreras que más me gustan y entré a un ciclo totalmente diferente.
Y agrega que se sintió como "una computadora. Eres tú y tu ritmo, no hay más. Un ritmo que tienes que mantener y darle".
Además, hizo el Ironman y, a semana seguida, el Huairasinchi. Y tres semanas después la TDS en Francia.
-Ahí pagué el esfuerzo de las otras dos carreras. Fue una época durísima. Tuve una lesión en la espalda que me obligó a descansar. En eso se dio la oportunidad de estar en El Cruce de los Andes, una carrera de trail por etapas que la disfruté muchísimo.
Martín trabaja en una línea de productos deportivos que lo mantienen en la oficina y viajando. Además, es coach del equipo de BET.
¿Se puede vivir del deporte?
-El deporte ha sido un hobby para mí. He buscado tener trabajos que me permitan flexibilidad para entrenar. No veía cómo vivir del deporte o que de ahí viniera mi ingreso principal, pero sí se puede.
Martín dice que ha tenido "auspicios que me han permitido correr en todos los continentes, he conocido personas y lugares increíbles. No me importan los podios, sino el lugar y la gente que conocí, la experiencia que me llevé y qué aprendí de ahí".
Y añade que:
-El deporte se ha ido tecnificando. Antes no se sabía del equipamiento, de la forma de entrenar, de la variedad de disciplinas. Al primer Huairasinchi fui sin saber en lo que me metía: cargábamos una exageración en comida, ropa, zapatos extra en las mochilas.
Para Martín fue un aprendizaje a la brava. Recuerda una etapa de 120 kilómetros de remo en kayak y en el mar.
-Nunca me había subido a un kayak. Fue una cosa de locos estar ahí en el mar remando, me dolía el cuerpo entero, no podía mover los brazos del dolor. Ahí prometí nunca más correr aventura.
El Doble comenzó jugando fútbol en el colegio y ahí tuvo una lesión. Para recuperarse empezó a hacer bicicleta.
-La bici me hacía sentir que podía ir a lugares chéveres. Una vuelta al Ilaló era un paseo que te guardabas cuatro días de descanso para hacerlo. No sabíamos cómo entrenar, no existía la tecnología que hay ahora.
Y añade:
-Me encantaba la montaña, estar afuera, probar hasta cuánto soy capaz de llegar, de vencer mis límites. Los que yo pensaba en ese momento que eran mis límites.
Reflexiona sobre que "eso de no dormir y no comer por algunos días saca lo mejor y lo peor de uno. Para mí ha sido una escuela de vida".
Y como parte de esa reflexión, agrega:
-Lo más duro de las lesiones es la parte mental. Converso con mi cuerpo, trato de enfocarme en lo qué me está pasando. Es frustrante no poder salir a entrenar. La clave es tener paciencia. Pensar que gracias a tu cuerpo y a tu mente estás haciendo lo que haces y si tienes una lesión es momento de bajar un poquito y cuidarlo. Yo quiero llegar a viejo haciendo deporte.
La esposa de Martín, Victoria Calisto, es una deportista también. Comparten el gusto por la aventura y la naturaleza. Su pequeña hija, Laia, habla de los bosques, de cuidar a los animales.
-Me dice 'no pites en el auto porque los pajaritos se asustan'. Me ha cambiado muchísimo la perspectiva, ahora prefiero entrenar menos tiempo para pasar más con ella -concluye Martín.