Con Criterio Liberal
La década estancada de Ecuador (y no es solo culpa de 2020)
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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Ya se termina este 2020 nefasto, y por años y años seguiremos recordando todo lo malo que nos trajo.
Probablemente nombraremos a esta crisis económica que vivimos como "la crisis del Covid-19". Pero eso será bastante inexacto, pues en la tragedia global de la crisis de Covid se han camuflado los problemas que ya venía arrastrando Ecuador.
La dramática situación económica no se debe a un virus sino a las decisiones del Gobierno ecuatoriano, el presente y los pasados.
Los datos son los que son. Y son muy duros. Ecuador lleva sin producir un crecimiento del PIB per cápita desde 2014.
Esto es, desde 2014 no ha habido un crecimiento de la economía suficiente para que cada ecuatoriano pueda tener un poco más. En un país joven, donde hay cada vez más ciudadanos, y más aún, cada año cientos de miles de jóvenes se podrían incorporar al mercado para aportar, la paupérrima economía no se lo permite. Es trágico.
Y no nos engañemos, lo que viene es un camino muy largo y muy duro. Si Ecuador creciese a un 3% anual su PIB per cápita (hoy de USD 6.344), necesitaría 32 años para llegar a los niveles de Chile (USD 15.900) y 78 años para alcanzar al de Estados Unidos (USD 62.800).
Pero evidentemente estos países también crecerán, pongamos que ellos crecen a un 3% y Ecuador a un 5% sostenido año a año.
Entonces serían necesarios 48 años para llegar a ser como Chile y 120 años para llegar a ser como Estados Unidos. Claro que serían USD 2 millones de PIB per cápita, algo inimaginable para nosotros al día de hoy, como era inimaginables para un ecuatoriano del año 1900 la prosperidad y nivel de vida que tenemos ahora.
Esto suponiendo que Ecuador creciese de manera sostenida un 3% ó 5% anual, y en lugar de eso este 2020 el Ecuador va a decrecer en torno a un 9%, y lo que es más dramático aún, en 2021 solo se prevé un crecimiento del 1%, estamos muy lejos de recuperar lo perdido.
A este ritmo no solo no nos acercamos a la prosperidad, sino que la vamos retrasando, y las reformas que no hacemos hoy afectan las oportunidades de las generaciones presentes y futuras.
Es urgente el cambio de modelo, es urgente un mejor futuro.
No quisiera que esta columna le atragante el cotillón de fin de año y la quite la ilusión de un 2021 mejor.
Más bien espero que le sirva para ser consciente de todo lo que hay que hacer para celebrar muchos más años nuevos con muchas más oportunidades y más prosperidad, y que hay que empezar ya mismo.
En 2021 ya será tarde.