Leyenda Urbana
Un caramelo envenenado para Daniel Noboa
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
Actualizada:
Correa lo hizo de nuevo, pero esta vez su inocultable arrogancia sirvió para desenmascarar a los traidores al pueblo que, una vez más, habrían pactado a sus espaldas, con insólita osadía.
Era el 3 de noviembre, aniversario de la Independencia de Cuenca e inicio de un largo feriado, en el que el país se salvaría de los apagones, por cuatro días, por lo que la gente estaba distendida. El sosiego fue alterado con un mensaje fulminante desde Bélgica.
“Estás mintiendo. Nosotros les planteamos el juicio político a la fiscal y lo vamos a hacer. Las pruebas son demasiado contundentes y ustedes lo saben”, escribió el expresidente sentenciado, en su cuenta de X (antes Twitter), y añadió: “¿Interferir en la justicia cumpliendo la labor constitucional de fiscalizar? ¡Vaamoooss!!!”.
El país se estremeció.
El post de Correa fue la respuesta a un comentario del asambleísta reelecto Henry Kronfle, quien una vez más pretende alcanzar la Presidencia de la Asamblea Nacional, y que había asegurado que nadie les había planteado y que jamás hubiesen aceptado destituir a la fiscal ni interferir con la justicia.
Puesto contra la pared, Kronfle atinó a responder en la misma red social: “Por supuesto que vamos a fiscalizar, pero lo haremos sin perseguir absolutamente a nadie”, escribió, con algún comentario adicional sin mayor valor.
Es una pena que en esa red no exista un emoji que signifique un “Sí, señor”, que habría quedado bien en la respuesta del socialcristiano a Correa, con la que confirmaba que el juicio político a la fiscal Salazar, prácticamente, está agendado, si prosigue el pacto, en el que darían por descontado esté el movimiento ADN, del presidente electo, Daniel Noboa, aunque nadie de ese sector lo haya confirmado.
No se necesita clarividencia para anticipar que la destitución a la fiscal trastocará la justicia porque será un mensaje inequívoco a los jueces: o deshacen mi sentencia o se marchan todos.
Entonces, la pregunta es: qué intereses no conocidos tiene el Partido Social Cristiano (PSC) que luego de haber sido el primero en apoyar a Noboa, en la segunda vuelta, en la que se enfrentó a Luisa González, de la Revolución Ciudadana (RC5), hoy le hace el coro al correísmo, perdedor en las urnas, que solo quiere la impunidad de sus dirigentes.
¿Por qué quieren repetir el papelón de 2021 cuando Lasso debió abandonarlos a la vera del camino por la enorme presión social, que lo obligó a romper el pacto con Correa y Nebot, tras lo cual la ingobernabilidad arruinó su gestión?
¿Es un mensaje al presidente electo, Daniel Noboa, de que sin el correísmo y el social cristianismo no podría gobernar?
O es que el PSC quiere el regreso de Correa y los demás auto exiliados, con sentencias condenatorias o -como se dice por allí- los temas propios son de tal calado y por eso, sin admitir, también quiere tumbar a la fiscal y hacerse de la justicia a la que parece ya le habrían metido la mano.
Es inaudito, pero los problemas urgentes del Ecuador que se desangra por la violencia, la inseguridad, el narcotráfico, el desempleo, la economía en soletas, el fenómeno del Niño y más penurias no son los temas que les mueve; peor aún conformar una Comisión Multipartidista para, junto a la justicia, identificar a los autores intelectuales del magnicidio de Fernando Villavicencio, que es una obligación moral con el país acongojado.
Por cierto, ¿alguien sabe qué piensa Daniel Noboa sobre este pacto, porque, de lo que se escucha, los partidos de la componenda cuentan con sus votos?
Es, justamente, el bloque oficialista, la clave en este nuevo período legislativo, porque, aunque tiene apenas 14 votos, si se juntan con los del movimiento Construye, Pachakutik, los del bloque Ético que lidera el expresidente Gutiérrez, y los del mismo PSC que jura no quiere destituir a la fiscal, suman 84 u 86, con lo cual no necesitan pactar con el correísmo.
Y si el bloque de la Revolución Ciudadana quiere apoyar a Noboa para que tenga gobernabilidad, solo debe votar por las leyes que enviará, y punto.
El presidente Noboa no puede, so pena de condenarse a vivir bajo el chantaje permanente de apoyos a cambio de prebendas, someterse a esa encerrona, sino dejar que el correísmo viva su propio drama; eso sí, como representa la primera minoría en la Asamblea tiene derecho a estar en el Consejo de Administración Legislativa (CAL) y en las comisiones permanentes.
El poder político requiere no solo de habilidad, destreza, audacia, sino de mucha ética. Aun Daniel Noboa no asume la Presidencia y ya vive estos dilemas.
¿Se imaginan cómo quedaría su imagen internacional si tras haber derrotado al socialismo del Siglo XXI tranza con ellos? No solo en la región, sino en otras latitudes tendría graves repercusiones.
Para comenzar, lo dicho por el embajador de Estados Unidos, Michael Fitzpatrick, que representa el criterio del Departamento de Estado, cuando tras las elecciones de octubre señaló que “el voto pacífico de toda la población nacional fue un firme Sí a la democracia y un fuerte No a los narcos y a los terroristas; un No a los testaferros que lavan su plata, tuercen los procesos legales o corrompen a funcionarios públicos”.
Y la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid que le entregó su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, quien señaló que con ese gesto reconocía la defensa de la democracia, la libertad y la prosperidad tan amenazadas en el continente americano y en este lado del Atlántico. Y al recordar que la campaña se desarrolló en un momento de extrema dificultad y seguridad, por lo que, literalmente, Noboa “ha puesto su vida a disposición del Ecuador para poder, de manera democrática, ser el representante de su pueblo”.
Casa adentro, los ecuatorianos repudiarían que el joven al que apoyaron los traicione antes siquiera haberse instalado en Carondelet.
Nadie en su sano juicio democrático puede oponerse a un acuerdo político, pero tampoco admitir se pacte con el correísmo porque sería auspiciar la impunidad.
Tras perder las elecciones, Correa quiere gobernar desde la Asamblea, a cuenta de dar gobernabilidad; un caramelo envenenado que Noboa debe rechazar.