Con Criterio Liberal
Tras el Covid, ya es hora de que volvamos a la libertad y al sentido común
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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Recuerdo cuando en marzo de 2020 los políticos nos decían, basados en "las recomendaciones de los expertos", que debíamos confinarnos dos semanas y que tras ese periodo el peligro habría pasado…
Y estamos a agosto de 2021, tras meses y meses en que hemos vivido restricciones a nuestras libertades y cambios de nuestro modo de vida, que antes considerábamos inimaginables, distintos países están proponiendo (y en Italia o en Francia ya imponiendo) 'pasaportes Covid' para impedir ingresar a su territorio a quienes no lo tengan, pero incluso para impedir ejercer distintas actividades, como entrar a un concierto, cine, discoteca, restaurante o transporte público.
Hace no tanto, cuando el miedo a esta enfermedad no lo obnubilaba todo, el que alguien tan solo plantease poder discriminar la entrada a un local por razones sanitarias nos parecería una barbaridad, como sería que hubiese que presentar un certificado de VIH negativo para entrar a una discoteca.
Entiendo que a usted esto aún le parece inaceptable, entonces: ¿por qué si es con el Covid a tantos les parecería bien?
A día de hoy gran parte de las personas ya están vacunadas en países como Ecuador y hay vacunas disponibles para que se pueda vacunar quien lo desee. Si partimos de la premisa de que las vacunas funcionan, esto es, que aquellas personas que están vacunadas reducen el riesgo de fallecer por Covid a niveles mínimos, entonces ya estamos en una situación de autoprotección.
Quien se ha vacunado se ha protegido, quienes deciden no vacunarse han tomado su elección, que ya solo les afecta a ellos mismos. Si creemos que las vacunas no funcionan, o que su eficacia para evitar ingresos hospitalarios y muertes (no infecciones) es mínima, entonces no tiene sentido toda esta campaña y estaríamos planteando no volver nunca a vivir con normalidad.
Claro que no hay una 'seguridad del 100%', pues tal cosa no existe en ningún aspecto de la vida. La cuestión es cuánto riesgo es asumible para cada uno de nosotros en cada actividad que realizamos.
Como cuando subimos a un avión o cuando viajamos en carro; cuando vamos a un local donde alguien puede estar contagiado por la gripe y contagiarnos; o vamos al campo y asumimos que un mosquito nos pueda picar y transmitir la fiebre amarilla u otra enfermedad.
A nivel individual cada uno decide qué riesgos asumir, algunos no viajan nunca en avión o no van al campo. La cuestión es si el riesgo que asumimos es razonable a nivel social como para tomar medidas generales restrictivas.
Es increíble cómo desde la aparición del Covid hemos accedido a que se nos impidan derechos tan básicos como circular libremente por la calle, cómo hemos hundido nuestras economías paralizando la producción y la circulación, condenando a millones de personas a la pobreza y a más aún a empobrecerse, a empresas a la quiebra, todo por el miedo al Covid.
Bueno, pues ya es hora de retornar al sentido común, de aceptar que debemos convivir con esta enfermedad, como convivimos con tantos otros riesgos en nuestras vidas, y volver a los principios básicos como los de libertad, convivencia y no discriminación.