Sobre nuestra política energética
Graduado de la Escuela de Negocios Darden de la Universidad de Virginia, socio de la firma ecuatoriana de estrategia y finanzas corporativas Ahead Partners, exasesor McKinsey and Company y ex VM de Comercio Exterior.
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Winston Churchill, Primer Ministro del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial y ganador del premio Nobel en Literatura por sus discursos, decía: “Un buen político es aquel que es capaz de predecir el futuro y, posteriormente, también es capaz de explicar por qué las cosas no sucedieron como él predijo”.
La política energética de un país es parte de su Gran Estrategia; en otras palabras, el uso de los recursos de un país para proteger y promover sus intereses. Por ejemplo, las dos grandes potencias económicas mundiales EE.UU. y China tienen políticas de energía barata, por eso el énfasis geopolítico en el acceso y precio del petróleo o el desarrollo de fuentes de energía renovable, que en el caso de China y de Francia tiene un alto componente de energía nuclear.
El quid de la demanda de energía lo resalto recientemente el Gerente General de Total Energies de Francia: “Por supuesto, sigo produciendo petróleo y gas… enfatizando que la demanda de combustibles fósiles sigue aumentando. Existe la idea errónea de que la oferta dictaría la demanda. No, lo siento, no funciona así".
Para un país, una política energética (incluyendo electricidad e hidrocarburos) exitosa depende de una correcta planeación, previsible ejecución, adecuada regulación, acertada coordinación, y buena comunicación. Sin estos elementos pasamos de la política a la suerte o a rezar para que llueva en las zonas indicadas del país.
Hay temas geopolíticos regionales, por ejemplo, Colombia no solo exporta electricidad a Ecuador, sino que también compra electricidad.
Basado en estimados preparados por Sergio Cabrales con data deXM SA ESP, Operador del Sistema Interconectado Nacional y administrador del Mercado de energía mayorista de Colombia, ese país importaría energía eléctrica desde mayo a septiembre este año. No olvidemos que la integración energética entre Colombia y Ecuador beneficia a ambos países y tiene una historia mayor a 20 años.
Hay temas globales como el cambio climático, como indica en Bloomberg el artículo ¿Qué salida tiene la crisis hidroeléctrica de Colombia o Ecuador? Uruguay muestra el camino es necesario diversificar mejor la generación de energía, disipando los impactos que se pueden producir por situaciones como choques climáticos.
El mismo Banco Mundial (BM) advierte sobre la dependencia de los países en la generación vía hidroeléctricas por el cambio climático a largo plazo.
Hay temas de sentido común como modernizar todo el engranaje eléctrico, generación, transmisión, y distribución. No tiene sentido restringir la inversión privada en autogeneración eléctrica a 10 megavatios cuando hay un déficit grande en potencia.
Dirán la ley permite que se sobrepase esos 10 megavatios por medio de una licitación entre privados, pero cualquier proyecto de este tipo necesita estudios de pre-factibilidad y factibilidad para ser viable financieramente y esos estudios representan más de USD 1 millón.
¿Por qué no regresar a 90 megavatios o quizás incrementarlo a 150 megavatios para estos proyectos de autogeneración?
¿Por qué no permitir el ingreso de energías renovables no convencionales como geotermia, undimotrix (generada por olas), etc. la optimización del ahorro de energía es una opción válida a explorar? Un ejemplo sería tarifa variable para incentivar que la demanda se mueva a meses del año donde tenemos exceso de capacidad de generación usualmente mayo a septiembre.
En los sectores petrolero, minero, y de infraestructura el desarrollo va de la mano de la atracción de inversión y/o financiamiento. Después de conversaciones con multilaterales y bancos/fondos de inversión para infraestructura eléctrica uno de los temas claves pare obtener los dineros necesarios sería la obtención de garantías, potencialmente vía fideicomisos.
Al final del día, la energía eléctrica es un elemento crítico para el desarrollo de un país y si la demanda crece 10% anual estamos hablando que esta se doblaría en siete años.
En otro tema más cercano a nuestro comercio exterior, el asesor especial del presidente Biden para la región indicó recientemente: “La preocupación por la influencia económica de China ha creado una gran oportunidad para que Estados Unidos apruebe legislación que allane el camino para más acuerdos de libre comercio con países latinoamericanos”.
Quizás tengamos suerte y la oportunidad toque a la puerta, dos veces.
Como Charles Darwin noto en la historia de la humanidad: “aquellos que aprenden a cooperar son los que prevalecen”.