Leyenda Urbana
El correísmo se atrinchera en el Municipio y solapa a Yunda. ¡Quito, levántate!
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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Debe tener la íntima convicción de no merecer el mando de Quito, que le fue otorgado con el más bajo respaldo en 40 años (21,35%) y, por eso, hace aspavientos que debe creer que infunden respeto. En realidad, denotan su debilidad, provocan vergüenza ajena y repudio en la sociedad. El pueblo de Quito no da más con este alcalde.
Con todos los códigos trastocados, Jorge Yunda es una anomalía en la historia de la capital. Un alcalde 'engrilletado' que confunde, con audacia, el dispositivo electrónico, que se coloca para evitar la fuga de los sospechosos, con una presea.
Un alcalde 'engrilletado' que confunde, con audacia, el dispositivo electrónico con una presea.
En menos de dos años al frente del Municipio del Distrito Metropolitano, Yunda tiene una historia o, mejor, un expediente con numerosos casos, algunos de los cuales pocos recuerdan, pero tendría que responder por ellos.
¿Habrán recuperado, hasta el último centavo, los USD 1,3 millones de la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Saneamiento que fueron a parar en cuentas de Hong Kong y de Estados Unidos? Y ¿qué ha pasado con el contrato de la Empresa de Obras Públicas con Geinco, que tuvo informe de Contraloría?
Otros casos, como el escándalo por la compra de 100 mil pruebas para detectar Covid-19, que resultaron chimbas (no eran PCR, sino Lamp) adquiridas a la empresa Salumed S.A., con descomunal sobreprecio y un perjuicio estimado en USD 4,2 millones que está a punto de ser resuelto por la justicia.
Estudios e informes técnicos contundentes echaron abajo el autobombo de Yunda y sus transmisiones en vivo para informar de la llegada de los embarques de las pruebas a Tababela. En plena pandemia, mientras se solazaba por haber, supuestamente, salvado 50.000 vidas.
Lo hacía con ruindad al comparar esto con la tragedia de Guayaquil, pero nunca mencionó que esa querida ciudad, al igual que Lombardía en Italia, o Nueva York en Estados Unidos, fueron las más azotadas durante la primera ola del mortal virus.
Yunda está pagando hoy sus errores y su estulticia.
Una jugada del destino hizo que, cuando allanaron su casa, en un operativo por el caso de las pruebas Covid-19, los agentes de la Fiscalía que ya se habían hecho de varios teléfonos, a punto de abandonar la vivienda, escucharan que vibraba otro celular y entraran de nuevo.
Allí encontraron el teléfono que sacaría a la luz el verdadero rostro de la Alcaldía de Yunda.
Los celulares son una mina por los contactos y por las conversaciones detectadas. Pero el de Sebastián Yunda, un rockero de pocas destrezas musicales, es oro en polvo.
Los chats de WhatsApp, Telegram, Wechat, notas, correos y mensajes de texto del hijo del alcalde son de escándalo. Tan consciente estaría de lo que tenía que, para mencionar a personas y cantidades de dinero, usaba códigos en las conversaciones.
Los chats de WhatsApp, Telegram, Wechat, notas, correos y mensajes de texto del hijo del alcalde son de escándalo.
El hijo de Yunda no solo parecería tener el control del Municipio, sino lucrar del mismo.
Todo es bochornoso y muestra su real catadura, como cuando ofrece un terreno para un hotel en Bellavista, cerca del Museo Guayasamín, porque "es propiedad municipal"; o habla de la probabilidad de construir un estadio en la Mitad del Mundo, o de mantener las rutas de una cooperativa de buses.
Cuando conversa sobre el Metro de Quito, con el marido de la nueva gerente, ejerce un poder que nadie le ha otorgado.
Así como cuando hace negocios de cámaras de vigilancia con los empresarios chinos 'Dalong' y 'Alphonso Ma'; y habla con su tío César Yunda, 'Cesarín'; o con la asesora de la Alcaldía, Cinthia Puga.
Qué decir de las conversaciones de índole judicial, en las cuales se alude a un dictamen abstentivo fiscal y se mencionan nombres y apellidos.
"Mi papá ya aprobó"; "mi papá está de acuerdo", dice en los chats el reguetonero que parecería el jefe del Municipio, al hablar de cargos y nombramientos. Quito en un abismo moral.
Expertos advierten que en los diálogos del hijo del alcalde hay indicios de delitos que, en conjunto, configuran un caso de delincuencia organizada y otros más.
"Mi papá ya aprobó"; "mi papá está de acuerdo", dice en los chats el reguetonero que parecería el jefe del Municipio, al hablar de cargos y nombramientos.
Resulta insólito que el alcalde diga sentirse perseguido, y que ciertos concejales –no todos, porque algunos se han batido y denunciado- solo hagan cálculos.
La conducta de Yunda es cínica y desafiante. La desfachatez es el escudo protector de sus trapacerías. Ha llevado a la capital de Ecuador, a la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, a la Luz de América, a los lugares más bajos de la escala de la ética pública: al averno mismo.
Ni siquiera el pedido de tomar una licencia, para que se concentre en su defensa, ha aceptado, peor dar un paso al costado; mientras que a los concejales correístas más les importan sus intereses. Y sus odios.
Bloquean que Santiago Guarderas, vicealcalde, asuma la Alcaldía. No le quieren porque durante 10 años combatió al correísmo y defendió a los perseguidos.
Yunda y el correísmo se mofan de la ciudad. El contubernio debe ser desmontado. Cada sesión fallida es una bofetada a Quito. La revocatoria tarda mucho, pero no hay que descartarla.
El correísmo pretende atrincherarse en el Municipio de la capital, cuyo pueblo acaba de demostrar en las urnas que lo desprecia. No se puede permitir. ¡Levántate Quito!