Leyenda Urbana
Correa se juega a dos bandas; terceros le hacen el coro
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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Fue un acto de manipulación tan bien urdido, como solo ellos saben hacerlo, que hasta los más pintados en política se creyeron el cuento de que, con la acción de protección del juez de Yaguachi, Jorge Glas podía ser candidato a la Presidencia de la República.
Era viernes por la tarde, víspera del gran anuncio, y nada podía fallar.
Pero ocurrió lo inesperado.
El presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), Iván Saquicela, puso un tuit señalando que la Corte Constitucional había dejado en claro que los jueces sí pueden cometer prevaricato cuando violan normas procesales expresas en garantías jurisdiccionales.
Ardió Troya.
Desde Bélgica, Correa reaccionó de forma virulenta, mucho más que de costumbre, e insultó a Saquicela de manera burda, tras recordarle que, como juez, él fue uno de los que lo sentenció por “influjo psíquico”.
Aun así, en el mundo Twitter, muchos seguían con el cuento de la candidatura de Glas, al haber caído en la trampa de aquellos que orquestaron la farsa.
El sábado, lo de Portoviejo llegó al paroxismo, cuando la presidenta nacional del movimiento Revolución Ciudadana (RC5) postuló, de “manera oficial”, a la Presidencia de la República a quien tiene una sentencia ejecutoriada en firme y está impedido de participar en política, de por vida.
El engaño a los militantes y simpatizantes resultó conmovedor, porque cuando, para completar la trama, el ungido declinó su postulación la gente parecía resistirse a admitir tal negativa, sin sospechar que se trataba de un burdo engaño.
Una insolente simulación avalada por la delegada del Consejo Nacional Electoral (CNE), presente en el acto.
Finalmente, el binomio escogido fue el que estaba previsto desde tiempo atrás: la exasambleísta Luisa González, para la Presidencia, y Andrés Arauz para la Vicepresidencia, luego de que en 2021 terciara por la primera magistratura, con lo que quedó confirmado el rumor de que Correa solo confía en ella.
Los videos difundidos de inmediato ratificaron que González y Araúz fueron siempre los escogidos, y que mencionar a Glas fue un ardid para victimizarlo y buscar réditos para la causa.
Justamente, lograr réditos políticos y volver al poder es la apuesta mayor del correísmo en esta campaña, en la que parece jugar a dos bandas.
Que Jan Topic haya escogido como su binomio a Diana Jácome, de raigambre política correísta, habiendo trabajado en medios oficiales durante ese gobierno, y participado en sus campañas, no parece fruto de la casualidad.
Por eso, el amague de discrepancia que hizo en un comunicado el Partido Social Cristiano (PSC), que auspicia a Topic, en el que diseñó una suerte de perfil ideológico de la candidata ideal, para luego terminar aceptando a la elegida por el presidenciable, causó hilaridad.
Lo hicieron tras una tajante declaración de Topic en la que ratificaba que ella sería su compañera de fórmula, lo que podría ser un anticipo de cómo actuaría en caso de llegar a ganar las elecciones.
El episodio dio pie para que no pocos consideren que la alianza entre el correísmo y el PSC, que funcionó en la Asamblea Nacional cesada, sigue viento en popa.
Y también sirvió para que se recuerde que la cercanía política de Topic con el correísmo, que data de cuándo Jorge Glas estuvo frente de los sectores estratégicos y luego en la Vicepresidencia de la República, persiste.
¡En fin!
El sábado 10 de junio, el último día hábil para registrar las precandidaturas, ocurrió otro hecho tan inesperado como inescrutable.
Apenas se supo que la compañera de fórmula de Otto Sonnenholzer seria Érika Paredes, Rafael Correa reveló, en Twitter, que ella colaboró en su Gobierno, y que cuando se vieron en México le pidió una carta de recomendación para ingresar a Harvard.
Fue un golpe a una candidatura que se la percibía solvente, por lo que dejó algunas interrogantes.
O Sonnenholzer no investigó los antecedentes políticos de su compañera de fórmula.
O si lo hizo no le importó que hubiese sido parte de la llamada revolución ciudadana, lo que significaría un desenfoque en la comprensión de lo que es una campaña electoral y de lo que podría ser la gobernanza en una eventual administración suya.
Todo esto ocurre cuando Sonnenholzer acaba de obtener una Maestría en Administración Pública en Harvard, donde habría hecho amistad con Érika Paredes, que también estudió en esa universidad y con quien ha diseñado su plan de Gobierno, según le dijo a Carlos Vera, el domingo, tras permanecer en silencio por más de 24 horas desde la revelación de Correa.
Paredes es la segunda candidata cercana al correísmo que busca la Vicepresidencia, en una tienda política que no es la de la RC5.
¿Es casualidad que, entre los miles de mujeres con credenciales para ese altísimo cargo, se escoja, justamente, a afines al correísmo?
¿Será que a Topic y Sonnenholzer les conviene para binomio un perfil de mujer joven, con solvente preparación académica y cercana al correísmo?
La política y aún más las campañas electorales tienen sus propios misterios, y este parece ser uno de ellos.
Quién diría que, para el 20 de agosto, la llamada revolución ciudadana no solo cuenta con un potencial electoral admitido por todos, sino que, a más de sus propios candidatos, otras tiendas han decidió hacerle el coro.
¿Eso es normal? ¿Hay algo oculto que no sabemos? ¿Así mismo es la política?
¡Bueno, estamos en la Mitad del Mundo!