Cinco factores clave del desarrollo económico y social de Corea
Embajador de la República de Corea en Ecuador
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Durante cinco meses desde que llegué al Ecuador como embajador de la República de Corea a inicios de enero de 2024, me he dedicado a ampliar gradualmente mi conocimiento sobre este hermoso país para cumplir con éxito mi misión primordial de promover la cooperación bilateral en todos ámbitos entre Corea y Ecuador.
A lo largo de este curso de aprendizaje y adaptación, he tenido oportunidades de conocer varias personas de diferentes edades, profesiones, categorías sociales y de escolaridad y de intercarcambiar opiniones con los interlocutores. Especialmente, las charlas recientes con los estudiantes de un colegio de Quito en abril y de una universidad de Riobamba en mayo me fueron sumamente agradables por el interés y la atención que los jóvenes prestaron a mis conferencias sobre relaciones bilaterales entre Corea y Ecuador.
Una de las preguntas recurrentes que me han hecho es sobre cuáles son los secretos del milagroso desarrollo económico logrado por Corea en un corto período de tiempo. El mito de la rápida salida de Corea de la pobreza, llamado como el “Milagro del río Han”, es mundialmente conocido y muchos quieren descifrar los secretos de los coreanos y aplicar las recetas en sus países natales. Las siguientes son mis breves respuestas a esta pregunta recurrente, que quisiera compartir con los lectores de Primicias.
Después de la Guerra de Corea que duró tres años del 1950 al 1953, Corea fue uno de los países más pobres del mundo y recibió ayuda humanitaria de la comunidad internacional. Sin embargo, en unos 70 años, ha evolucionado hasta convertirse en la decimotercera mayor economía del mundo y ha dado un salto de un país receptor de ayuda oficial para el desarrollo (AOD) a ser un donante, actualmente desempeñando un papel pivotal en la paz y prosperidad global.
Ya se han analizado varias circunstancias que contribuyeron al milagroso y rápido crecimiento económico de Corea. Aquí me concentraré en los cinco factores clave que, a mi punto de vista, tienen un valor suficiente para servirse de referencia para los países en vía de desarrollo que desean seguir el mismo camino hacia el éxito que Corea.
Primero, un patriotismo solidario ante la crisis. La historia de la primera mitad del siglo XX de la península coreana se caracteriza por una serie de crisis: la ocupación forzosa del Imperio del Japón y la Guerra de Corea. Estas experiencias colectivas permitieron la formación de un espíritu de supervivencia y resistencia entre los coreanos.
Muchos ciudadanos estaban dispuestos a hacer sacrificios por sus familias, sus comunidades y su patria. Sinceramente, la historia de éxito de Corea no habría sido posible sin los sacrificios de innumerables ciudadanos de todos los sectores, incluyendo a militares, funcionarios, trabajadores, empresarios, campesinos, académicos, y, sobre todo, padres. Todos se convertieron en uno para una meta colectiva: una nueva Corea con esperanza y futuro.
Una de las características del patriotismo de Corea es que el Estado y la sociedad no olvidan los sacrificios de los patriotas, los conmermoran y se esfuerzan por recompensarlos. En Corea, el 6 de junio es un día especial que conmemora a los ciudadanos, incluyendo a muchos independistas y militares patrióticos, que han contribuido o han fallecido sirviendo a la patria. Desde 1956, este día anual a las 10 de la mañana suena una sirena en todo el país y la gente reza en silencio durante un minuto. Es una de las razones por las que en Corea a junio se le llama el mes de los patriotas.
Segundo, un líderazgo con visión larga y consistente. Después de un período de confusión política con frecuentes cambios de régimen tras el fin de la Guerra de Corea en 1953, el general Park Chung-hee, quien tomó el poder por un exitoso golpe de Estado nacionalista en 1961, sentó las bases del crecimiento económico de Corea durante sus cinco mandatos presidenciales desde 1963 hasta 1979, durante un total de 18 años, insistiendo en la necesidad de salir de manera urgente de la inestabilidad política, económica y social ante la amenana de invasión de Corea del Norte.
Creyó firmemente que el único camino de desarrollo para Corea, país sin recursos naturales pero con una población talentosa, era el crecimiento económico impulsado por las exportaciones, y planificó e implementó planes económicos quinquenales sin fracaso o demora bajo el liderazgo del gobierno central.
Aunque su gobierno de índole autoritaria ha sido criticado por sacrificar la democracia y los derechos humanos, un número considerable de ciudadanos coreanos, incluyéndome a mí, están agradecidos por su fuerte liderazgo en el desarrollo económico de Corea. Por lo que el expresidente Park, asesinado en 1979, sigue siendo uno de los presidente más respetados por los coreanos hasta hoy.
Tercero, el establecimiento de un sistema de servicio civil de carrera. Junto con la implementación de políticas de desarrollo económico liderada por el gobierno a principios de la década de 1960, Corea adoptó el sistema de servicio civil de carrera, sistema de personal que está organizado y operado para atraer jóvenes talentos destacados al servicio público, reconocer que trabajar en el servicio público es un honor y garantizar que trabajan fielmente durante un largo período de tiempo hasta su jubilación, hasta sus 60 años, a menos que cometieran delitos de corrupción u otros actos ilegales..
En este sistema, los nuevos servidores públicos se han reclutado por concursos abiertos de méritos y oposición, que están exentos nepotismo y favoritismo. Además, una de las características del sistema es imponer la neutralidad política a todos los servidores públicos, prohibiéndolos por ley la participación política.
Es un valor público fundamental para mantener el interés público del funcionamiento del Estado, asegurando la confiabilidad de las acciones administrativas, mejorando su eficiencia, sosteniendo su equidad, y sobre todo, garantizando la continuidad de la administración estatal sin interrupción ni confusión en las actividades gubernamentales a pesar de los cambios de régimen de gobierno.
Cuarto, una alta motivación ética y la búsqueda de valores. La ideología dominante de la época de Estado desarrollista de Corea fue una armonía entre la ética individualista orientada al éxito personal y la ética comunitaria, que defendía “la autoayuda, la diligencia y la cooperación” como valores para construir una nueva patria.
El Estado invitó a los miembros de la comunidad a participar en el proceso de desarrollo para mejorar las condiciones de vida y los entornos básicos. Esta experiencia del pueblo como protagonista del desarrollo despertó a los individuos como sujetos morales y hacerlos responsables, y como consecuencia, elevó a la gente común pobre, oprimida e indefensa a la categoría de la clase media, creando condiciones para que vivan con dignidad como seres humanos.
Estas experiencias no se limitan sólo a los individuos. La historia de éxito de las empresas coreanas verifica que lo que produce un “éxito económico” no es la simple búsqueda de ganancias, sino la coordinación de los intereses privados y los intereses públicos.
Las empresas coreanas no estaban necesariamente estimuladas únicamente por la motivación de maximizar los beneficios económicos. Estaban fuertemente impulsadas por la motivación de que “nosotros” (nuestras empresas o nuestro país) deberíamos unirnos a las filas de los países “ricos” que producen productos avanzados como semiductores.
El fundador de Samsung Byung-chul Lee dijo: “Samsung siempre ha tenido estándares claros al elegir un nuevo negocio: ¿Cuál es la necesidad nacional?, ¿Cuál es la comprensión de los ciudadanos? y ¿Podemos competir en el mercado global?. Paradójicamente, esta actitud ayudó a maximizar las ganancias".
Quinto, el fortalecimiento de la educación pública. Las fuerzas impulsoras del éxito que he mencionado hasta ahora no habrían sido posibles sin personas que, en última instancia, tuvieran la capacidad de ponerlas en práctica y lograr sus objetivos. Fue la educación pública de Corea la que creó talentos con estas habilidades tanto técnicas como morales. Las características principales del modelo educativo coreano son el liderazgo activo del gobierno en el desarrollo educativo, maestros profesionales y excelentes y un clima social que valora la educación.
Desde la década de 1960, el gobierno aseguró finanzas educativas estables, condujo a la estandarización del currículo e implementó constistentemente políticas para conseguir docentes excelentes. Además, formó docentes de alta calidad a través de las instituciones de educación superior especializadas en pedagogía y les propocionó estabilidad laboral, con una edad de jubilación garantizada y un sistema salarial preferencial, animando a los mejores talentos de la sociedad para entrar con paso firme en el camino de los docentes.
Estos esfuerzos gubernamentales están estrechamente relacionados con la percepción que el pueblo coreano tiene de la educación, y creo que todo esto ha sido posible gracias a la atmósfera social que considera la educación como un derecho humano básico y la reconoce como la forma más legítima de elevar el nivel social de un individuo. Por lo que los padres coreanos estaban dispuestos a hacer sacrficios por la educación de sus hijos y, en respuesta a la pasión del pueblo por la educación, el Estado también sitúa la educación como su máxima prioridad junto con la economía.
Actualmente, las tasas de inscripción en las escuelas primarias, intermedias y secundarias en Corea son del 99,8%, 96,9% y 93,3%, respectivamente, y la tasa de ingreso a la universidad es del 76,2%. Al producir talentos equipados con las habilidades, conocimientos y habilidades necesarios para contribuir al desarrollo económico, la economía coreana ha podido promover la innovación, atraer inversiones, aumentar la productividad para continuar el desarrollo económico hasta el día de hoy.
Corea y Ecuador han forjado y consolidado estrechos vínculos en diversos campos como política y diplamacia, economía y comercios, y cultura y cooperación para el desarrollo, desde el establecimiento de relaciones diplomáticas en el 5 de octubre de 1962.
Este año, Corea está trabajando junto con Ecuador como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de las Nacionies Unidas, en donde, durante la Guerra de Corea, Ecuador condenó la invasión de Corea del Sur por parte de Corea del Norte y apoyó la decisión de brindar apoyo militar a Corea del Sur mediante el envío de tropas de la ONU.
Además, Corea se está preparando para firmar oficialmente un acuerdo comercial, denominado Acuerdo Estratégico de Cooperación Económica (SECA, por sus siglas en inglés), con Ecuador, que está registrado en la historia de Corea como el primer país que importó el primer modelo autóctono de la industria automotriz coreana, el Pony de Hyundai, en 1976. Y, con la entrada en vigor del SECA, es de esperarse que las exportaciones no petroleras del Ecuador hacia Corea aumenten un 27%, lo cual será uno de varios beneficios del acuerdo.
Lo que es alentador es que a medida que la relación entre Corea y Ecuador se vuelve más estrecha, el interés de la juventud ecuatoriana en Corea se amplía y profundiza día a día. Estos cambios se confirmaron a través de los proyectos de cooperación que la Embajada de la República de Corea llevó a cabo con diversas organizaciones ecuatorianas en los campos de la educación, la cultura y el deporte.
El interés de la gente que solía centrarse en K-Pop, K-Drama, K-Cine y K-Beauty ahora se ha diversificado hacia la política, la economía, la sociedad, la cultura y la historia en general, y junto con esto, el interés en el aprendizaje del idioma coreano y de estudios coreanos está creciendo entre los jóvenes que desean comprender mejor y más profundamente a Corea.
Además, me doy cuenta de que el interés del pueblo ecuatoriano por el Taekwondo, el arte marcial tradicional de Corea, también crece día a día. Estoy seguro de que esta realidad contribuirá aún más a la comprensión mutua entre las generaciones jóvenes de los dos países a través de diveros programas y actividades de intercambio entre ellos.
Una de las promesas que, como representante del Gobierno coreano, me gustaría hacer a los amigos ecuatorianos es que durante mi misión en este hermoso país haré todos mis esfuerzos para aumentar las oportunidades para que la generación joven del Ecuador se convierta en talentos sobresalientes a través de intercambios y cooperación con Corea para contribuir al desarrollo de sus familias, comunidades y patria.
No tengo dudas que los jóvenes que estudiaron en Corea a través de los programas de becas GKS o KOICA y los que visitaron Corea e interactuaron con amigos de todo el mundo a través del Instituto King Sejong y otros programas educativos de idioma coreano y Taekwondo contribuirán a un futuro más brillantes para Corea y Ecuador.
Durante la Copa Mundial de Fútbol 2002, cuando la selección coreana confirmó su avance a los octavos de final y mucha gente dijo que habíamos logrado nuestro objetivo, el entonces entrenador del equipo Guus Hiddink expresó su voluntad de aspirar más alto diciendo: “Todavía tengo hambre” y logró un resultado leyendario que el fúlbol coreano llegara a las semifinales de la Copa Mundial.
Actualmente, la relación entre Corea y Ecuador está en un excelente momento. Sin embargo, TODAVÍA TENGO HAMBRE.