Leyenda Urbana
Consulta Popular: primarias para Noboa; prueba de fuego para el correísmo
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
Actualizada:
Una travesía por el desierto político vive el correísmo desde que fuera puesto en evidencia por los más prestantes juristas del país y por el bloque legislativo de Construye, que alertaron a los ecuatorianos del alcance de algunas de las reformas al Código Orgánico Integral Penal (COIP), que pretendieron pasarlas 'de agache', sin conseguirlo.
Aprobar en la Asamblea Nacional impúdicos cambios para el retorno de su jefe, y desacreditar la consulta popular del presidente Noboa, porque en ella estará a prueba el futuro de su organización, tras dos derrotas consecutivas, debió ser la apuesta de la Revolución Ciudadana (RC). Pero nada le ha salido bien.
Una nueva realidad electoral se atisba en el panorama y, por eso, hay quienes parecen preferir no hacer olas de cara a la consulta y referendo convocados por el Ejecutivo, para el 21 de abril; aunque los hechos se hayan precipitado.
En apenas tres meses de ejercer el poder, Daniel Noboa ha vivido en una vorágine, con sucesos inimaginables, cuya cota más elevada de riesgo y tensión ocurrió el 9 de enero, con el violento asalto a TC Televisión, hecho que lo llevó a declarar conflicto armado interno. Guerra contra el crimen organizado.
Bajo estado de excepción y toque de queda como telón de fondo, el Ejecutivo ha logrado que la Asamblea Nacional le aprobara cuatro leyes, y que una Legislatura insospechadamente generosa le otorgara más posibilidades de ingresos de las que el propio presidente aspiraba en materia económica.
En la esfera internacional, Noboa ha tomado decisiones importantes, otras difíciles y también ha debido enmendar alguna de ellas, ante graves repercusiones que podía haber ocasionado, en momentos que Ecuador mantiene un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como miembro no permanente.
En el camino, el presidente ha ido acomodando las cargas del ejercicio del poder, evidenciando que se hace gobierno al andar, parafraseando al insigne español Antonio Machado.
En los casi primeros 100 días de gobierno el balance le es favorable, con cifras récord de respaldo de más del 80%, por lo que Noboa desearía que la consulta fuese en estos momentos, en vez del 21 de abril, ya que en un país que muta de un día para el otro, mantener los apoyos implica evitar cualquier error -peor un eventual escándalo-, así como sostener una estrategia comunicacional impecable.
Con el invierno causando estragos en varias provincias, si las afectaciones llegaran a aumentar la ayuda deberá fluir rápidamente para socorrer a los compatriotas en desgracia, no solamente porque hacerlo es obligación moral de un gobernante, sino porque al filo de las urnas las sensibilidades estarán a flor de piel.
Una consulta popular en Ecuador puede resultar siempre un albur; incluso, desde el momento mismo de ser planteada.
Eso lo sabe Noboa que debió presentar un segundo paquete de preguntas, tras unas primeras anodinas en las que no constaba la extradición, que terminó enviando después, ante el reclamo de la gente.
Desde cuando Ecuador volvió a la democracia, en 1978, los ecuatorianos se han pronunciado en consultas y/o referendos en 13 ocasiones, sobre las más variadas temáticas y con respuestas disímiles, que supusieron sendas victorias para unos mandatarios. O derrotas vergonzantes, como la del año anterior, para Guillermo Lasso.
El 9 de febrero pasado, Noboa firmó dos decretos llamando a consulta popular y referendo, y este 28 de febrero, comienza el período de inscripción de organizaciones políticas y sociales para la campaña electoral que el CNE ha planificado, se realice entre el 7 y el 18 de abril.
Hasta cuando se escriben estas líneas, la mayoría de los movimientos y partidos guardan silencio sobre cómo actuarán, con excepción de Construye que apoyará el Sí, al igual, obviamente, que el oficialista ADN; mientras que Unidad Popular ha anticipado que hará campaña por el No.
Con el respaldo del que disfruta hoy, el Gobierno apuesta por un gran triunfo que será considerado unas primarias de cara a las elecciones de 2025, en las que Noboa irá por la reelección, aunque legalmente será su primera vez, porque el mandato que hoy ejerce es para completar el período interrumpido por la muerte cruzada.
Esto lo saben todos los políticos, en especial el correísmo, que debe calcular que Noboa bien podría retener el poder. Y eso debe perturbarles.
Pasa lo mismo con el PSC; por eso, la postura que adopte en la consulta será en función de las elecciones presidenciales y de asambleístas del próximo año.
También debe inquietar al propio Noboa que para 2025 se planteará dos grandes desafíos: ganar la Presidencia y alcanzar mayoría propia en la Asamblea Nacional, para no depender de aliados con intereses dispares, como ahora.
2025 es un año decisivo para todos; pero para el correísmo se trata de una prueba de fuego después de haber sentido el desprecio de un país ante su pretensión de legislar para la impunidad.
Y porque aún no termina de asimilar el mal sabor al haber sido derrotado por Guillermo Lasso, en 2021, y Daniel Noboa, en 2023.
Cómo se pronunciará en las urnas frente a la consulta popular de Noboa, es, por ahora, una incógnita.
¡Hagan sus apuestas!