Iluminaciones
¿Cómo volver ‘sostenible’ una deuda ‘insostenible’?
Economista y periodista. Trader de commodities, índices y monedas.
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Una deuda es insostenible cuando es impagable. Una deuda es impagable cuando el deudor (una persona, empresa o país) ha entrado en un sistema perverso de financiamiento que se llama esquema de Ponzi.
En pocas palabras, este esquema consiste en cavar un agujero más hondo para cubrir otro anterior. El nombre viene de su inventor, Charles Ponzi, desdichadamente conocido por pagar intereses y capital con el dinero que tomaba prestado de otros y no de su patrimonio propio. Me explico mejor:
Ponzi tomaba prestado un monto 'C' de dinero y se comprometía a pagar un interés 'i' por él. Para pagar ese capital e interés, el señor Ponzi contrataba una nueva deuda, ya no por el valor original de 'C', sino por un valor mayor: C*(1+i). Esa segunda deuda también generaba un interés, por lo que, al vencimiento, el señor Ponzi debía endeudarse nuevamente, esta vez por un valor mucho mayor: C*(1+i)*(1+i).
Bajo este esquema de endeudamiento, las obligaciones financieras del señor Ponzi subían geométricamente hasta volverse impagables (es decir insostenibles). Cuando los prestamistas se negaron a continuar refinanciando esos pasivos porque se dieron cuenta de que la deuda del señor Ponzi estaba matemáticamente condenada a subir hasta el infinito, aquel esquema colapsó, produciendo no sólo la bancarrota de Ponzi sino también de quienes le prestaron plata.
Para que el perfil de endeudamiento del país sea sostenible, es decir para que los pasivos puedan ser cancelados a su vencimiento, Ecuador debe diseñar una estrategia de financiamiento que limite el crecimiento de su deuda a una tasa menor a (1+i).
Hace rato que la deuda pública ecuatoriana está inmersa en un esquema de Ponzi porque nos endeudamos sólo para seguir pagando deuda contraída en períodos anteriores.
Ahora que el presidente Moreno se prepara para entregar una propuesta de reestructuración de los bonos Global es un momento ideal para conseguir que esa deuda se torne sostenible, es decir que se vuelva pagable y, por tanto, deje de ser un dogal que afecta no sólo la liquidez de la economía ecuatoriana sino la viabilidad de las finanzas públicas y del sector externo del país.
Para conseguir esa sostenibilidad habrá que pedir no sólo una extensión de plazo sino, sobre todo, una reducción de capital y una reprogramación de intereses a una tasa sustancialmente más baja, como las que rigen actualmente en todo el mundo.
Internamente, el país deberá seguir aplicando medidas de austeridad e invitando al sector privado a participar en el financiamiento de las inversiones públicas.
Solo de esta manera el país podrá salir del estado de iliquidez crónica en el que se encuentra y, solo de esta manera también, podrá encontrar la senda del crecimiento.
@GFMABest