Iluminaciones
¿Cómo ganar una elección? El hermano de Cicerón tenía algunas (buenas y malas) ideas
Economista y periodista. Trader de commodities, índices y monedas.
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En el año 64 a. C. Cicerón decidió candidatizarse al cargo de Cónsul de Roma, el más importante de la República.
Todo parecía favorecer su candidatura salvo por dos cosas: Cicerón era un advenedizo, lo que en aquella época se llamaba ‘hombre nuevo’; alguien sin conexiones en el Senado, que era la instancia social y política más importante del Imperio.
Otro tema espinoso era su pobre récord militar, algo embarazoso en una sociedad eminentemente bélica como la romana. (Curiosamente, Churchill tuvo el mismo problema).
En contrapartida, Cicerón era un reconocido orador y abogado que había ganado grandes juicios que atrajeron la imaginación popular porque, en su momento, fueron considerados causas perdidas.
¿Cómo aprovechar esas ventajas y superar las limitaciones de este candidato tan sui géneris? ‘Breviario de campaña electoral’, un libro que se le atribuye a Quinto, el hermano menor de Marco Tulio Cicerón, busca responder esa pregunta.
Como se estilaba en aquella época, el libro fue escrito como si fuera una carta que Quinto dirigía a su hermano. Los aspectos más relevantes de aquella epístola son estos:
Para ganar las elecciones necesitas amigos poderosos y ser popular entre el pueblo, aconsejó Quinto. Para cultivar amistades poderosas debes distinguir entre aquellos que buscan favores y quienes realmente te quieren.
A quienes te sigan para satisfacer sus intereses personales –riqueza y poder, básicamente– debes asegurarles que les ayudarás siempre que trabajen duro por tu candidatura, aconsejó el hermano de Cicerón.
Por encima de todo recuerda que, para ser popular, debes prometer lo que sea que se te pida, aun cuando luego no vayas a cumplir esa promesa.
La gente olvida pronto las promesas rotas –decía Quinto– y, por lo demás, muchos piden favores que ni siquiera necesitan. Por último, siempre será posible darle cualquier otra cosa para acallar la furia del votante, aconsejaba Quinto.
Rehusar el pedido de alguien –por más ridículo que sea– es un suicidio político porque solo te conseguirá enemigos, sentenció el hermano de Cicerón.
Quinto también hizo una advertencia útil a su hermano: le pidió que asegurara que su familia y sus amigos más cercanos apoyaran incondicionalmente su candidatura. ¿Por qué?
Porque un círculo íntimo bien cohesionado es capaz de propagar una buena imagen del candidato y un entorno familiar en discordia puede afectar malamente al candidato, argumentó el hermano de Cicerón.
Quinto también recomendó que las apariciones públicas de su hermano siempre se hicieran con seguidores ruidosos y entusiastas.
Dijo, además que, cada vez que hubiera oportunidad, el candidato debía denunciar los excesos más escandalosos de sus contrincantes. Esto le permitiría manchar la imagen de sus oponentes y, por contraste, acrecentar la suya frente a los electores.
A pesar de haber sido escrito hace dos mil años, este ‘Breviario de campaña electoral’ sigue tan vigente ahora como en cualquier momento político de la humanidad.
@GFMABest