Con Criterio Liberal
Para combatir el virus cualquier idea no es buena, algunas son pésimas
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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Viendo la resolución que, tras semanas de preparación, ha sacado el municipio de Quito para el 'Hoy no circula' y que parece su mejor idea para controlar la pandemia, me quedo con la curiosidad de conocer cuáles fueron las otras opciones que descartaron en esa reunión entre el alcalde Yunda y sus asesores (¿los tiene? ¿quiénes son?).
Me puedo imaginar cómo desecharon la idea de que para calcular si se circula o no los ciudadanos deban hacer el logaritmo neperiano de la matrícula y, si el resultado es superior a la fecha del día, permitir circulación; o la idea de que tan solo los carros cuyo dígito inicial de su pantone sea par puedan circular los meses pares… u otras ideas similares.
Ecuador deja el Estado de excepción, uno de los más largos y estrictos -en la teoría- del mundo, y lo hace con la misma sensación de arbitrariedad e improvisación en las medidas con que se comenzó.
Cabe preguntarse de qué han servido tantas imposiciones y prohibiciones, ya que no parece haber una relación entre la duración y el control con la capacidad para evitar el número de fallecidos en los distintos países.
La situación es tal que ni siquiera tenemos una explicación de por qué se supone que hay que restringir el tráfico vehicular. No parece que los carros particulares sean una fuente de contagio, y que las personas con carro puedan desplazarse solo la mitad de los días no se sabe en qué se supone que ayuda a evitar la pandemia.
Lo que sí es seguro es que seguir con la idea de una sociedad “paralizada” de miedo con la mitad de su movimiento habitual es muy perjudicial, para la economía y para la vida de los ciudadanos.
Sorprendentemente, casi solo han sido las cámaras empresariales quienes han denunciado estos absurdos, y hacen bien en protestar, pero seguir dependiendo de decisiones arbitrarias e injustificadas de los políticos no solo afecta a las utilidades, afecta a todos los ciudadanos, afecta al empleo que se sigue destruyendo, a nuestras libertades que nos siguen restringiendo. Libertad como la de circular.
Ante una amenaza como es el coronavirus se entiende que se pida que las autoridades tomen medidas. Pero no toda medida que se anuncie “contra el coronavirus” es buena. De hecho ya tenemos demasiados ejemplos de que muchas son pésimas. Y tienen graves consecuencias.