Columnista invitado
Carta al Presidente electo Daniel Noboa
Relator Especial de la ONU sobre pobreza extrema y derechos humanos.
Actualizada:
Presidente Noboa,
Enhorabuena por su elección como Presidente de Ecuador. Extiendo mis felicitaciones al pueblo ecuatoriano quien enfrentó y superó estas elecciones en tiempos particularmente difíciles.
Cuando su nuevo gobierno empiece a trabajar, el aumento de la violencia y la inseguridad serán sin duda una de sus prioridades. Por este medio, lo insto a responder no sólo con la ley y el orden, sino también recurriendo a las normas internacionales de derechos humanos que Ecuador se ha comprometido a respetar. Sólo invirtiendo en las personas -garantizando su derecho a la educación, la salud y la protección social- podrá romperse el círculo vicioso entre de la pobreza e inseguridad.
En la actualidad, la falta de oportunidades económicas y las deficiencias en educación han convertido a los jóvenes ecuatorianos en reclutas fáciles para las bandas criminales. Y estas bandas, a su vez, alimentan la pobreza, extorsionando a las empresas e interrumpiendo la educación.
Lo comprobé de primera mano el mes pasado, cuando tuve el enorme privilegio de visitar al Ecuador en mi calidad de Relator Especial de las Naciones Unidas sobre extrema pobreza y derechos humanos. Durante dos semanas, viajé por el país y hablé con defensores de los derechos humanos, organizaciones de la sociedad civil, representantes de comunidades afroecuatorianas e indígenas, personas que viven en la pobreza y funcionarios del gobierno, quienes informaron mi estudio sobre la pobreza en el país.
Mi conclusión fue la siguiente: Ecuador debe invertir en su gente.
En la actualidad, el país sólo destina el 9,6% de su PIB a la protección social, incluida la atención médica, un porcentaje inferior a la media de 14% en América Latina y el Caribe. La cobertura en protección social es menor para las mujeres que para los hombres, y me preocupa, especialmente, que sólo el 13% de las mujeres indígenas y el 12% de las jóvenes reciban algún tipo de prestación.
Los niveles de pobreza siguen siendo elevados, sobre todo en las zonas rurales del país: mientras que el 38% de la población vive en condiciones de pobreza multidimensional a nivel nacional, la tasa asciende a un escandaloso 70% en las zonas rurales, frente al 23% en las zonas urbanas. Las mujeres también se ven desproporcionadamente afectadas, no sólo porque se enfrentan a tasas de pobreza más elevadas, sino también porque, a medida que aumenta la pobreza, también lo hace el riesgo de sufrir violencia de género.
Un reto importante para su administración será sin duda el financiamiento, que implicaría un aumento de la inversión social sin depender de la explotación de los recursos naturales. Ecuador dio el ejemplo al mundo en este sentido cuando votó para detener la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní y la minería en la biosfera del Chocó Andino.
El mundo sigue observando y su gobierno tiene una oportunidad única de construir un nuevo modelo de desarrollo que invierta en educación de calidad, cobertura de la protección social y garantía de los derechos de los trabajadores sin aumentar la explotación del subsuelo de Ecuador para cubrir su costo.
En mi declaración de final de misión enumeré tres herramientas a disposición del gobierno para financiar estas prioridades: sistema impositivo más progresivo, canje de deuda por naturaleza y racionalización de los subsidios a los combustibles. Los USD 4.500 millones que se destinaron a subsidios a los combustibles en 2022 -casi cuatro veces el presupuesto destinado a la protección social- se habrían invertido mejor en el financiamiento de escuelas, atención médica y protección social para las comunidades más pobres.
Presidente Noboa, le deseo lo mejor en su gestión. Admiro mucho a Ecuador y su gente, y quedo a su disposición para ofrecer todo el apoyo que necesite en la lucha contra la pobreza.