Contrapunto
Carl Maria von Weber, el padre de la ópera alemana
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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No se dejó llevar por la inevitable influencia italiana, aunque también francesa de la época; Carl Maria von Weber (1786-1826) fue uno de los precursores de la ópera romántica alemana.
Músico, compositor, director de orquesta, crítico musical y litógrafo, pasó su corta vida rodeado de música. Su padre fue violinista y maestro de capilla y, aunque no conoció a Mozart, su prima Konstanze Weber estuvo casada con el genio de Salzburgo.
Uno de los maestros musicales de Weber fue Michael Haydn, hermano del más importante creador de sinfonías del período clásico Joseph Haydn (1732-1809).
Las biografías dicen que nació con severos problemas en su cadera y recién pudo caminar cerca de cumplir cinco años de edad.
Los historiadores consideran que Carl Maria von Weber se erigió como el gran romántico en el campo operístico; y Franz Schubert (1797-1828) en el ámbito del lied y en diversos elementos de la música instrumental.
Antes de entrar en lo mejor de su creación, la ópera, su estilo orquestal e instrumental es muy original en la Invitación a la Danza, opus 65, una especie de Singspiel "pero sin palabras", como señala Pola Suárez Urtubey.
La fortaleza instrumental la dejó plasmada en las dos oberturas de sus óperas más conocidas y exitosas: Der Freischutz ('El cazador furtivo') y 'Oberón'. Una de las mejores interpretaciones que se conocen de Der Freischutz es la del maestro Herbert von Karajan (1908-1989).
Weber vivió fascinado por las historias medievales, los paisajes agrestes, los bosques; pero fueron las óperas de Mozart las que lo inspiraron para que su producción operística tuviera un sello alemán.
'La flauta mágica', una de las óperas alemanas de Mozart fue la que más lo conmovió y con eso superó la tentación del bel canto italiano. Pero antes había escenificado una obra teatral cómica sobre el tema musulmán Abu Hassan.
Carl Maria von Weber fue también una fuente de inspiración para el músico que 20 años después comenzaría una producción gigantesca en el ámbito operístico: Richard Wagner (1813-1883).
Precisamente a Wagner se atribuye la definición más precisa sobre Carl Maria von Weber: "es el músico alemán más alemán entre todos los alemanes".
En Praga estuvo tres años dirigiendo el teatro alemán de esa ciudad; luego regresó a Dresde donde germanizó el teatro al máximo, rediseñó el espacio orquestal, reformó el coro y cambió muchos aspectos operísticos tradicionales, señala Roger Alier en la Guía Universal de la Ópera.
Alier explica el contexto y las razones por las cuales Weber "sentó las bases de lo que debía ser un verdadero esfuerzo para dar vida a la ópera nacional alemana". Y Wagner, anota, le debe mucho a Weber.
Y Weber llega cuando la ópera italiana reinaba en el mundo, incluyendo a los países germanos.
Tres óperas destacadas:
-El cazador furtivo, estrenada en Berlín, 1821, y en Londres, 1826.
-Euryanthe, estrenada en Viena, 1823.
-Oberón, estrenada en Londres, 1826.
El cazador furtivo es una ópera romántica en tres actos con libreto de Friederich Kind. Max (tenor) es un cazador enamorado de Agathe (soprano) a la que teme perder en un concurso de tiro en el que se dirime su boda.
Desde el idioma, toda la ópera es alemana, los coros, las danzas populares, incluidos también los bosques que, como señala Alier, son cálidos por la mañana, acogedores por la tarde "y siniestros por la noche".
Tras el estreno de esta obra escénica, Weber cosechó el éxito y la fama; en paralelo, su salud se deterioraba y la crisis económica familiar era agobiante. Aun así, o tal vez por eso mismo, aceptó ir a trabajar a Londres.
Allí escribió su única ópera en inglés: Oberon, en tres actos, con libreto de James Robinson Planché. Oberón (tenor) es el rey de las hadas que está peleado con su esposa Titania (papel hablado).
La obra es, anota Alier, "una extraña mezcla de teatro shakespeariano a la inglesa para complacer a sus espectadores" y Weber creó un curioso mundo de elfos, ninfas y varios personajes sobrenaturales que pueblan el escenario.
La escena teatral fue estrenada en abril de 1826, dos meses antes de la muerte del compositor por tuberculosis.