Efecto Mariposa
Las carencias y los excesos de la alimentación en Ecuador
Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.
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Quisiera comenzar esta columna planteando dos preguntas al lector:
- ¿Cuántas veces al día come?
- ¿Cuántas veces al día come saludablemente?
Las respuestas de ambas preguntas deberían coincidir. No obstante, podría ser que el número de comidas saludables sea inferior que el total de raciones alimenticias diarias.
También puede suceder que el número de comidas al día sea nulo o inferior a las tres o cinco comidas que recomiendan los especialistas.
En ambos casos, se reflejan las dos posibilidades extremas de la alimentación: comer mucho y mal o comer poco (o nada). Esto se conoce como malnutrición.
La malnutrición es la deficiencia, exceso o desbalance de nutrientes, con efectos adversos en la salud, y que se manifiesta en problemas de desnutrición, sobrepeso u obesidad.
Este es uno de los problemas urgentes de salud pública porque incapacita y cobra la vida de millones de personas en el mundo, especialmente de los niños.
La buena nutrición es considerada una característica importante del desarrollo humano y, en el Objetivo 2 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se plantea como meta erradicar todas las formas de malnutrición hasta 2030.
Sin embargo, según el último informe sobre seguridad alimentaria y nutrición en el mundo, publicado por la FAO y otros organismos, ya no quedan dudas de que, en lugar de mejorar en términos de acceso y calidad los alimentos que consumimos, existe un retroceso.
Sin ocultar ni adornar la situación, los organismos que realizaron el informe mencionan que "se debería disipar cualquier duda que quede de que el mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas".
Según el mismo informe, en 2020, unos 3.100 millones de personas en el mundo no pudieron permitirse una dieta saludable. Significa un aumento de 112 millones de personas con respecto a 2019.
En Ecuador, 3,8 millones de personas, o un 21,4% de la población, no pudieron acceder a una dieta saludable en 2020.
Las razones son de diversos tipos. Una de las causas más comunes para que las personas coman mal es porque no tienen dinero para comprar alimentos saludables.
En el informe mencionado se expresa que en Ecuador cada persona necesitaba USD 2,92 dólares diarios en 2020 para comer saludablemente; es decir, unos USD 88 mensuales.
Con respecto a ese valor, podemos hacer tres observaciones:
Primero, en 2021, ese valor es más alto debido a la inflación. Ahora cada persona necesitaría USD 3,18 dólares al día para comer saludablemente (USD 95 mensuales).
Para quienes piensan que el monto es muy bajo, debo mencionar que, a pesar de las limitaciones que pueda tener, fue calculado técnicamente y que, en realidad, el 25% de la población ecuatoriana vive con menos de USD 87 mensuales por persona (pobreza) y 10,7% vive con menos de USD 49 (pobreza extrema).
Se podría pensar que, con el fin de la pandemia y la reducción de las cifras de pobreza, anunciadas también en Ecuador, se podría mejorar el acceso a los alimentos, pero el aumento de los precios de los productos saludables no frena, y también hay algunos sectores que aún no logran la recuperación de los ingresos desde la pandemia.
Por último, el problema no se reduce solo a disponer de los USD 2,92 sino a los alimentos que se compran con este valor.
Me permito plantear una nueva pregunta a los lectores para saber si podrían preparar el siguiente menú con los alimentos que tienen en la despensa:
Desayuno:
Leche con avena, frutillas y pan.
Refrigerio de la mañana:
Plátano seda.
Almuerzo:
Repe lojano, arroz, pescado asado, menestra de fréjol, ensalada de cebolla y tomate, agua.
Refrigerio de la tarde:
Sandía.
Merienda:
Papa cocinada, pollo al jugo, ensalada de pepinillo, agua.
Ese menú fue tomado de las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABA) de Ecuador (2018), y se enmarca en lo que es la comida saludable.
La propuesta constituye una dieta patrón para un adulto ecuatoriano, contiene 2.132 kilocalorías al día e incluye los valores calóricos recomendados de los tres macronutrientes: proteína (12%), grasa (30%) y carbohidratos (58%).
Además, ese menú incluye los micronutrientes que presentan mayor deficiencia a nivel nacional (hierro, zinc y vitamina A), en niños menores de cinco años y mujeres en edad fértil.
Frente al escenario pesimista de la FAO, se insta a los gobiernos a plantear medidas para revertir el incremento de la malnutrición y así salvar vidas.
Se plantea la implementación de políticas de apoyo a la agricultura para garantizar la asequibilidad de los productos considerados de alta prioridad, es decir, de aquellos que forman parte de una dieta saludable y cuyo nivel de consumo actual per cápita no corresponde con los recomendados en las guías de alimentos saludables de cada país.
También se recomienda analizar medidas que permitan la reducción de los precios de los alimentos prioritarios y otorgar subvenciones fiscales a los productores.
Además, se mencionan programas para incidir en el comportamiento de los consumidores para que prefieran el consumo de los alimentos prioritarios.
Y se expresa que se debe regular, o revisar, la composición de los alimentos y bebidas elaboradas.
Por último, la discusión pasa por la que sería la solución de muchos males: combatir la pobreza.