Leyenda Urbana
¿Quién reemplazará a Lasso? Ya se perfilan 13 candidatos
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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Sometida a una enorme tensión, la salud del presidente, Guillermo Lasso, sufre un nuevo quebranto, por lo que el fin de semana fue ingresado al Hospital Militar, en Quito.
En lo que va de su mandato, ha tenido dos cirugías, una de ellas le dejó secuelas de movilidad, que no le han impedido recorrer el país, todo el tiempo.
Para Lasso, el verdadero desafío es, hoy, salir bien librado del juicio político que se tramita en la Asamblea Nacional, donde todo está por definirse.
Y cuyos resultados son tan impredecibles que cada día hay una versión diferente sobre el probable desenlace, lo que tiene a la mayoría de los ecuatorianos al filo de la butaca.
Quienes parecen habitar en una dimensión paralela, indiferentes a los momentos más funestos de la historia nacional, no solo por la posible destitución del primer mandatario, sino por la violencia del crimen organizado y un invierno devastador, son quienes pretenden suceder a Lasso en el poder.
El ansia por llegar a Carondelet no significa, de manera alguna, que tengan soluciones a los gravísimos problemas de una sociedad inequitativa, desigual y bajo amenaza.
Ni tampoco que posean los arrestos suficientes para tomar decisiones difíciles, pero imprescindibles, en momentos delicados.
Lo único que se puede concluir es que están locos por llegar al poder.
Resulta frustrante, pero siendo apenas precandidatos ya le han fallado al pueblo, al haberse parapetado en la audaz estrategia del silencio, para no decir ni pío sobre los problemas que azotan a la Patria.
Con esa conducta han antepuesto sus intereses electorales futuros, a las necesidades urgentes del país.
De la extensa lista de probables candidatos podemos nombrar a:
Abraham Verduga.
Con algunas excepciones, todos han evitado también hablar del juicio político al presidente Lasso.
Desde luego que el presidente de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea y el ministro del Gobierno lo hacen todo el tiempo, al ser protagonistas de la política actual.
Pero de los otros aspirantes, a apenas a dos o tres se les ha escuchado decir algo de este tema, frente al que evitan comprometerse.
Lo mismo que con los apremiantes problemas del país, cuando tendrían que exhibir propuestas y hacer sugerencias para encarar al crimen organizado, mitigar los efectos del cambio climático, crear empleos para contener la oleada de migración y superar la crisis política que agobia al país que quieren gobernar.
Esa postura intermedia para no mojarse el poncho es hipócrita y rastrera.
Cuánta razón tenía Dante Alighieri al decir que "los lugares más calientes del infierno están reservados para aquellos que, en un momento de gran crisis moral, mantienen su neutralidad".
En un Ecuador bajo ataque, la falsa neutralidad despierta sospechas.
Que miles de ecuatorianos hayan tenido que volver a encerrarse por la violencia criminal, en varios puntos del país, luego de haber superado el confinamiento por el Covid, amerita una postura firme de quienes pretenden conducir a la Nación.
Pero no dicen nada.
Tampoco se han pronunciado sobre la impunidad que ha llegado a niveles repulsivos, cuando aquellos que saquearon los dineros del pueblo no solo que salen libres sin completar sus condenas y sin restituir ni un dólar de los millones de que se llevaron, sino que osan reclamar sus pensiones como exmandatarios.
La sola petición es una bofetada en el rostro de los ecuatorianos a quienes les faltan medicinas, educación y salud que el Gobierno no les proporciona porque faltan los recursos que se llevó la corrupción que, con infame negligencia, las autoridades han sido incapaces de recuperar.
Los candidatos miran para otro lado.
Agazapados en un oscuro rincón, aguardan que Lasso, cuando vea que ya no hay manera de salvarse de la destitución, active la muerte cruzada, lo que significa, ipso facto, que habrá elecciones en seis meses, que es lo que a ellos les interesa.
Reemplazar a Lasso les brindará la posibilidad de seguir en el poder, puesto que la Constitución faculta, a quien lo reemplace, para ser nuevamente candidato tras completar el período para el que el actual presidente fue electo; esto es, 24 de mayo de 2025.
Por eso, deben frotarse las manos porque también será una candidatura que correrá con ventaja, pues echará mano de la parafernalia del poder que ostentan.
Así, los ecuatorianos presenciaremos, una vez más, el abuso de los bienes del Estado para la promoción electoral.
Los 12 probables candidatos que hay, hasta el momento, apuestan a que podrían quedarse en el poder seis años.
Será un poder enorme y extenso, pero, hoy, esos mismos prefieren habitar en una suerte de burbuja y pasarse 'de agache', sin aludir a los males que desangran al país. No se comprometen con nada, ni con nadie.
Son los políticos de siempre.
Solo ansían el poder.
¡Despreciable!