Punto de fuga
Que vayan a medias y nos devuelvan los USD 600.000
Periodista desde 1994, especializada en ciudad, cultura y arte. Columnista de opinión desde 2007. Tiene una maestría en Historia por la Universidad Andina Simón Bolívar. Autora y editora de libros.
Actualizada:
Hombres de bien —como dicen ser—, pero sobre todo de posibilidades económicas, los presidentes saliente y entrante deberían ir a medias y hacerse cargo de los gastos de sus respectivas despedida y bienvenida.
En este país nadie está para fiestas. Y peor para pagárselas a un banquero y a un bananero que constan en la lista de los hombres más pudientes del Ecuador. Un poco de respeto.
Aunque fueran pobres de solemnidad, daría lo mismo. Nadie, absolutamente ningún ecuatoriano, necesita una fiesta protocolaria (¡mucho menos dos!) en este momento.
Los mandatarios están ahí para liderar con el ejemplo y para acompañarnos en nuestros sacrificios. Si no lo hacen, los mandantes tenemos derecho a llamarlos al orden y darles su ubicatex forte.
Lo que necesitamos los ecuatorianos de nuestros administradores es: una hoja de ruta que nos sirva a todos y no solo a unos cuantos traficantes de canonjías; trabajo 24/7 (hasta el último día de gobierno, desde el primer día de gobierno); honestidad a prueba de balas; austeridad y manejo eficiente de los magros recursos de los que disponemos —si aún queda algo—. Por mencionar lo obvio.
En todo caso, tengo un par de ideas de destinos más nobles y provechosos para esos USD 600.000 presupuestados para los ya mentados cena y almuerzo.
Aunque dudo que se puedan reprogramar a estar alturas, porque quizás esta haya sido la única vez (o de las pocas) que en el gobierno del presidente Lasso se ha ejecutado un presupuesto a la velocidad correspondiente.
Aquí va el primer proyecto que se beneficiaría de ese más de medio millón de dólares: un mes de sueldo para 2.666 jubilados de los que reciben las pensiones más bajas, USD 225 al mes.
¡¿Quién vive con ese sueldo de hambre?!, ojalá el presidente Noboa cumpla su palabra, dada en campaña, de por lo menos subir la pensión jubilar mínima a USD 450. Por lo pronto, si se alivia al IESS del pago de USD 600.000 por un mes, ya se estaría haciendo patria.
Segundo proyecto que merecería recibir ese presupuesto: los Centros de Desarrollo Infantil que el Ministerio de Inclusión Económica y Social, MIES, está obligado a financiar.
Sin embargo, como pasa cada cierto tiempo desde hace algunos años, esta semana las educadoras de los centros de Calderón estuvieron en huelga demandando que les paguen los sueldos atrasados de los últimos tres meses. ¡No hay derecho!
¿Quién puede vivir tres meses sin que le paguen? Solo los herederos o los dueños del capital; los que únicamente somos dueños de la fuerza de trabajo, vivimos al día, de nuestros sueldos.
Podría seguir, pero aquí paro porque sé que, en la vida real, esa plata ya está gastada y aunque no lo estuviera, los sistemas de contratación pública y gestión del erario nacional no permitirían que esos USD 600.000 se destinen a mejores causas.
Pero para todo hay solución. Como el Estado se tiene que gastar la plata en estas fiestas, los señores Lasso y Noboa podrían donar, a título personal, a las causas que he mencionado y dedicarse a farrear en paz la próxima semana, con la conciencia un poco menos intranquila.
Aunque no me cabe en la cabeza qué festejan. El saliente, ¿que el país se cae a cachos? El entrante, ¿que ha llegado a Carondelet casi sin pronunciar palabra, poniendo cara de póker? Como diría el padre del presidente electo: ¡No entiendo!