Economía y Desarrollo
Cambalache, el tango que describe lo que nos pasó en 2020
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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Cambalache, según el diccionario de la RAE significa: "trueque o intercambio de cosas de poco valor", o bien un "acuerdo o intercambio entre dos o más partes alcanzado de forma poco transparente".
El famoso tango, escrito por Enrique Santos Discépolo, en los años 30 del siglo pasado, nos dice: "hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor. Ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. Todo es igual, nada es mejor. ¡Lo mismo un burro que un gran profesor!"
Nos habla del desamparo de la sociedad:
"¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón! […]
De los cambalaches se ha mezclao la vida […]
El que no llora no mama y el que no afana es un gil.
Dale nomás, dale que va.
Que allá en el horno nos vamo a encontrar".
El 2020 cierra, en medio de pandemia, sin certeza de la fecha y la forma en que podremos acceder a la vacuna, con proyección de caída del PIB de entre 9% y 12%.
Además del despido masivo de funcionarios públicos, los recortes presupuestarios en servicios sociales, el aumento de la pobreza de entre 4 y 10 puntos porcentuales, la pérdida de 1,5 millones de empleos, la reducción del 58,3% en contratos indefinidos, el congelamiento del salario básico, y modalidades contractuales que flexibilizan jornadas, salarios y despidos.
En Ecuador no se activaron, como en el resto del mundo, mecanismos de protección social para sostener el consumo y evitar el empobrecimiento.
El bono de protección social fue insuficiente para contener el empobrecimiento de los hogares vulnerables mientras que, a pesar de la pandemia y a diferencia de otros países, no hubo congelamiento de deudas ni reducción de tasas de interés.
Indignan, además, los sonados casos de corrupción durante la pandemia. A septiembre, se contabilizaban 95 expedientes en manos de la Fiscalía General del Estado, sobre los cuales poco se sabe.
Sin embargo, en términos económicos hay ganadores en esta crisis. En el mundo destacan las empresas de tecnología, comercio en línea y farmacéuticas. Todas intensivas en generación o uso de tecnología, algo que el país tiene poco.
En Ecuador, los ganadores vienen por el lado de las cadenas de comercialización que han usado con fuerza plataformas de entrega a domicilio con dudosas prácticas laborales, facilitadas por nuevas modalidades contractuales.
Y la banca privada, que registra USD 205 millones de utilidades en 2020, en un año en el que, a pesar de la crisis, y contrario a lo que se ha hecho en el resto del mundo, no se redujeron tasas de interés ni los costos de los servicios financieros y, mucho menos, hubo congelamiento de deudas.
A 2021 llegamos con elecciones nacionales, al tiempo que representantes de la academia señalan que solo deberían votar quienes tienen propiedad, como sucedía en el año de 1843, para salvaguardar los intereses económicos por encima de los derechos humanos.
No hay duda de que las elecciones que vienen, para las cuales banqueros y comerciantes presentan sus candidatos directos, sin intermediarios, en pugna por sus intereses, son caldo de cultivo para acuerdos poco transparentes, haciéndolos a todos iguales, ninguno es mejor.
Mientras ideas y canciones de siglos pasados siguen vigentes vale recordar que "quien no aprende de la historia está condenado a repetirla".