Leyenda Urbana
¿Van por la cabeza de la fiscal Diana Salazar?
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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Tan pronto como la fiscal General de la Nación, Diana Salazar, expresó su decepción e impotencia "al presenciar cómo la injusticia y la impunidad campean en el país", una andanada de críticas e injurias de los afectados por sus decisiones, y los acólitos de estos, fueron expuestas en su contra, en esa ágora de la maldad en que ha devenido Twitter.
"No podemos convertirnos en un país en el cual las mafias, los intereses protervos, las componendas y la corrupción se impongan sobre el Estado de Derecho", dijo la fiscal, en un comunicado, en el cual, sin mencionarlo, aludía al habeas corpus al exvicepresidente Jorge Glas, para quien ella pidió la prisión por los casos Odebrecht, Sobornos y Singue, pero hoy está libre.
Devenida en la enemiga número uno de exministros, altos funcionarios, un exalcalde, un exvicepresidente y, claro, del sentenciado de Bélgica, quienes la responsabilizan por estar procesados o prófugos -sin admitir que cometieron delitos atroces contra el país-, atizan el fuego en el que quieren que arda la representante de la vindicta pública.
Actúan por medio de abogados leguleyos; de ciertos ilustrados con aires de divos del Derecho y hasta por unos cuántos vinculados a la Academia que, igualmente, quieren a Salazar fuera del cargo.
Los unen la ambición, el interés y el odio, porque a sus poderosos clientes les habrán facturado alta cifras, bajo la falsa promesa de que los liberarán, sin imaginar que la Fiscalía presentaría sólidos elementos de convicción, para pedir a la justicia que los sentencie.
Por eso, no la soportan.
Sin mascarilla, a ciertos abogados se les puede ver la malquerencia hacia la funcionaria, y las ansias por deshacerse de ella.
En la Asamblea Nacional también han intentado enjuiciarla y destituirla, para que pague por la osadía de argumentar las teorías que imputan a sus líderes.
Rafael Correa es de los que más la odian; todo el tiempo carga contra Diana Salazar.
Ella usó la figura de 'autor mediato de cohecho' para acusarlo en el caso Sobornos y pedir prisión para él, Jorge Glas, Alexis Mera, María de los Ángeles Duarte, Christian Viteri, Viviana Bonilla, Vinicio Alvarado, Pamela Martínez, Laura Terán, y 10 empresarios más; con penas diferenciadas para cada uno.
Los allanamientos de la Fiscalía, para encontrar indicios y evidencias de los crímenes contra la República, también le han dejado a Salazar un listado de peligrosos enemigos.
Un expresidente había convertido su domicilio en bodega de medicamentos; el teléfono de un exalcalde de Quito fue clave para desenredar la trama de corrupción de él y de su hijo; el allanamiento a la residencia de Carlos Pólit, fue el comienzo de su fin; tal como el arresto de su sucesor, Pablo Celi.
Los allanamientos pusieron al descubierto las fechorías de dirigentes deportivos poderosos, altos cargos del IESS, y políticos que se creían intocables.
Fue memorable cuando hallaron la libreta de Laura Terán, ex asistente de Correa, con los códigos que identificaban a SP (señor Presidente), SVP (señor Vicepresidente) y a toda la caterva de funcionarios que recibían coimas de empresarios para su movimiento político, a cambio de contratos suculentos.
Hoy, panas del exdefensor del Pueblo, cuyas imágenes agrediendo a una mujer, en un ascensor, conmovieron al país, acusan a Salazar de fraude procesal. Freddy Carrión fue censurado y destituido por la Asamblea, por su conducta como funcionario.
Hoy, quiere sacarse el clavo con Salazar.
Si la lucha contra la corrupción fuera genuina y no el embuste que es en Ecuador, la Fiscalía debería ser reforzada, para que pueda cumplir mejor su tarea.
Los 845 agentes fiscales son insuficientes y distan de los estándares internacionales que señalan 12 fiscales por cada 100.000 habitantes, mientras en Ecuador son apenas 4,8.
Claro que, en 2021, se crearon ocho fiscalías especializadas, pero el déficit sigue siendo de 577 agentes fiscales con sus equipos.
La ausencia de liderazgo en Ecuador, contribuye a estas carencias.
Con una autoridad que, respetando la división de Funciones y poderes, demostrara, con hechos, que conduce al Estado, el país no estaría fuera de control.
Pero, qué va. Hasta desde afuera nos miran con asombro.
El habeas corpus a Glas debe haber conmovido al Departamento de Justicia de Estados Unidos, que colaboró, de manera decisiva, con la Fiscalía, con las pruebas del caso Odebrecht, como también del conocido como Las Torres, Seguros Sucre, el caso Pólit, y muchos más.
Han comprobado cómo jueces venales fallan contra Ley expresa y contra el propio país. Ojalá esto no los desanime.
Washington y su embajada en Quito han alertado sobre narcogenerales, jueces corruptos y políticos mafiosos a quiénes les despojaron de sus visas. Ecuador no ha actuado en concordancia, retirando, por ejemplo, los pasaportes a todos los sentenciados, con riesgo de fuga.
Una Nación con vocación democrática, estaría feliz de que la Fiscalía cumpla su función. Acá, no. Decisiones jurisdiccionales lo comprueban.
Para Diana Salazar, la excarcelación de Glas ha sido una afrenta y una alerta, a la vez.
Al igual que el sobreseimiento a los involucrados en el caso 'Big Money', el mismo día en que asesinaron a 'Don Naza', quien hacía de jefe. Y de otros casos más.
El país está infestado por la corrupción; los cimientos de la República se han corroído, y personajes como la fiscal, estorban. Todo lleva a concluir que estaría siendo víctima de una confabulación. Que van por su cabeza.