El Implacable VAR
Beckenbauer y los grandes del fútbol salpicados por la corrupción
Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.
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La muerte del alemán Franz Beckenbauer ha llenado de tristeza a los amantes del fútbol, sobre todo a quienes valoran a los cracks europeos del pasado, gladiadores que contribuyeron al desarrollo de este deporte como genuina expresión de la dimensión humana.
Los méritos de Beckenbauer como jugador de campo están fuera de discusión. El 'Kaiser' revolucionó el puesto de líbero cuando Johan Cruyff revolucionaba el fútbol mismo, y levantó una Copa del Mundo cuando todos daban por hecho que la arrolladora 'Naranja Mecánica' se quedaría con la corona.
Los títulos como entrenador reafirman la importancia de Beckenbauer en la historia del fútbol.
El problema está en su faceta de dirigente. Beckenbauer murió amargado por el escándalo de la compra de votos para que Alemania fuera la sede del Mundial de 2006, en detrimento de Sudáfrica, una acusación que sacó al 'Kaiser' de la exposición pública para convertirlo en un ermitaño con problemas cardíacos.
Lo mismo le pasó a Michel Platini, exuberante jugador francés que ganó la Eurocopa con Francia y la Champions con la Juventus. Platini era un artista del balompié. Como DT fracasó y optó por dedicarse a la dirigencia, para acabar expulsado por su vinculación con el FIFA-Gate. Qué desastre.
Pelé y Diego Maradona también cometieron errores y pecados luego de colgar los botines, pero jamás cayeron en la tentación de volverse dirigentes, así que sus yerros no incluyen la corrupción de este tipo. Bueno, 'O Rei' fue Ministro de Deportes, pero duró poco, su gestión fue intrascendente y aprendió a no meterse en esos líos.
Pero lo que pasó con Beckenbauer y Platini fue una verdadera pena, porque dinamitaba la teoría de que un jugador, sobre todo uno de fuste y bendecido con el don del liderazgo, debía realizar un amplio recorrido por la dirección técnica y luego la dirigencia.
Solo así, con una carrera total en las tres dimensiones de este deporte, el futuro del fútbol quedaría en manos de los propios trabajadores del balompié. Eso evitaría que aventureros como Joseph Blatter, dirigente del hockey sobre hielo que jamás pateó un balón, metieran sus manos en la FIFA. Qué mejor que personas como Beckenbauer y Platini, con su rica experiencia, tomen las decisiones.
Hoy, es difícil que una estrella de esas dimensiones sea dirigente de alto nivel. Ya se retiran millonarios y deben cuidar sus inversiones en todo lado. Es difícil imaginar a Lio Messi en la AFA o a Mbappé en la FIFA, a menos que sea en puestos honoríficos, lejos de la caja registradora.