El Implacable VAR
El Gobierno impone su voluntad a Jorge Glas... ¡y también a Barcelona!
Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.
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Los ajetreos por la violación a la Embajada de México para detener a Jorge Glas eclipsaron otro triunfo (porque evitar la fuga del adlátere de Correa es un triunfo, ¿o no?) del Gobierno. Finalmente, Barcelona SC tendrá nuevas elecciones, tal y como Dabiel Nob... cof, cof, perdón, tal como el Ministerio del Deporte porfiaba desde enero.
El Ministro de esa Cartera lo festejó de esta manera: "que prevalezca el respeto a la ley y su reglamento". Sí, suena algo contradictorio que eso se haya proclamado justamente ¡al día siguiente! de que el mismo Gobierno ignoró todos los venerables principios del Derecho Internacional y entró a un local diplomático con toletes y fusiles. Pero no nos fijemos en esos detallitos porque lo que cuenta son los resultados.
Lo importante en este tema, entonces, es que Antonio Alvarez, hermano del correísta Alcalde de Guayaquil, debió ceder al deseo del Gobierno y reconocer que nunca fue presidente de Barcelona. ¡Auch!
En la asamblea de socios del sábado, Alvarez intentó impedir esta humillación. Pero, por más que recordó que él prestó USD 5 millones a Barcelona de su propio patrimonio, ¡y sin intereses, que gran corazón amarillo!, vio que no había mayor respaldo. No le quedó otra que pedir al interventor que convoque a elecciones.
Seguramente, estaba flotando en el ambiente de la asamblea de socios la imagen de Glas arrastrado hacia el blindado que lo llevaría a Flagrancia y, de ahí, a su suite en La Roca. Los socios, lúcidos, deben haber pensado que ya no tenía sentido discutir con alguien dispuesto a entrar a embajadas.
Ecuador es tierra propicia para el realismo mágico, así que no sería extraño que, después de todo esta desgastante polémica, el generoso Alvarez termine ganando las nuevas elecciones y liderando a Barcelona, ya con la legitimidad de caso.
Pero lo importante, insisto, es que el Gobierno impuso su voluntad y ganó esta pelea. El mensaje es claro: aquí se hace lo que el jefe dice. Aunque, en el caso de Glas y del mismo Barcelona, quizás no se hayan calculado las implicaciones a futuro de imponer esta voluntad. El tiempo dirá si fue lo mejor... y también si Alvarez logra recuperar esos milloncitos.