Contrapunto
La aventura de Arturo Toscanini en Río de Janeiro
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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Casi todo es verdad, que viajó a Río de Janeiro, en 1886, que de improviso se convirtió en director de orquesta; pero, de acuerdo con críticos brasileños, existen algunas imprecisiones en el libreto de la película 'El joven Toscanini', de Franco Zeffirelli.
También es cierto, tal como se expresa en el filme, que el músico nacido en Parma, antes de viajar al Nuevo Mundo, protagonizó un bochornoso incidente en el famoso teatro Alla Scala de Milán.
Tenía 18 años, el joven Toscanini se presentaba con su violonchelo para participar en una audición. Quienes tenían que escuchar y aprobar o desaprobar la interpretación ni lo tomaron en cuenta.
El músico agarró su instrumento y se largó en medio de un griterío que casi termina en una riña. Nunca nadie había desafiado la majestuosidad de la afamada Scala, solo un genio como Toscanini podía conseguirlo.
Nacido en 1867 y fallecido en Nueva York en 1957, además de violonchelista y virtuoso pianista, dirigió importantes orquestas, entre ellas a la Filarmónica de Nueva York durante una década y mucho después la ópera de la mismísima Scala del incidente.
La película de Zeffirelli es de 1988 y actúan famosos actores y actrices como Thomas Howell, Franco Nero, Sophie Ward y Elizabeth Taylor en el papel de la soprano rusa Nadina Bulicioff, que debía interpretar una de las arias de la ópera Aída, de Giuseppe Verdi.
De acuerdo con el libreto del director, la soprano protagonizó un incidente en medio de la ópera. A modo de denuncia por la esclavitud que se vivía en Brasil, Bulicioff, amiga de Dom Pedro II, presente en uno de los palcos, lanzó una proclama política que alborotó al teatro.
Al final de la película aparece una leyenda que daba cuenta del fin de la esclavitud tres años después del incidente en el teatro, que entonces era conocido con el nombre del emperador portugués.
En una crítica de Caio Túlio Costa en el diario Folha de São Paulo, se dice que los episodios narrados no son fidedignos. "Creo que una obra de ficción, cuando usa referencias históricas, tiene la obligación de hacerlo con honestidad", dice el articulista.
Ambientado en 1885, el filme da a entender que se produjo una liberación abrupta de los esclavos, en circunstancias que el proceso fue paulatino, por etapas, mientras gobernaba Dom Pedro II.
Pero la historia oficial, en efecto, señala a 1888 como el año que, definitivamente, marcó el fin del esclavismo de africanos e indígenas en todo el territorio de Brasil.
Los historiadores coinciden que el primer episodio en el intento por abolir la esclavitud se produjo en 1850, cuando se prohibió el comercio de esclavos, en su mayoría procedentes de África.
La película muestra a un Toscanini impetuoso y solidario con los movimientos de liberación. Su rebeldía siempre lo acompañó, incluso cuando abandonó definitivamente Italia al estallar la Segunda Guerra Mundial.
También vivió algunos años en Buenos Aires, donde fue admirado y respetado por su prolijo trabajo como director musical del Teatro Colón.
El musicólogo Tim Blanning califica de "rutilante" todo el recorrido de Toscanini, desde que comenzó de chelista, luego pianista y finalmente uno de los mejores directores durante la primera mitad del siglo XX.
En la vida real, tal como muestra el filme de Zeffirelli, la primera obra que dirigió Toscanini fue Aída, de Giuseppe Verdi.
Y en el funeral del más grande compositor italiano de óperas, ocurrido el 27 de febrero de 1901, un coro de 800 voces cantó 'Va pensiero' (de la ópera 'Nabuco'), la obra que inmortalizó a Verdi. Quien dirigió el coro fue Arturo Toscanini.