Leyenda Urbana
La Asamblea Nacional salva los muebles
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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Envuelta en misterios y complejidades, la 'real politik' suele acrecentar la frustración, al alimentar sospechas y suspicacias sobre la conducta humana.
A la Asamblea Nacional, en los últimos días, le ha faltado coraje, sentido de oportunidad y hasta olfato político; ese que se desarrolla cuando se está conectado con la gente, y no se aísla en una burbuja de poder, distante de la realidad.
Avocada a un dilema urgente, la mayoría legislativa se decantó por el absurdo. Ocurrió así:
Ante la posibilidad de enjuiciar y destituir a Pablo Celi, el contralor que designa sucesor y despacha desde la cárcel 4; o al exministro de Energía y Recursos No Renovables de Moreno, René Ortiz, se decantó por el exministro.
Todo fue resuelto con inusual apremio y de manera inexplicable.
Como los dos legisladores que plantearon el proceso en contra de Ortiz, en el período pasado, habían terminado sus funciones, el Pleno designó como interpelantes a Salvador Quishpe, de Pachakutik, y a Luis Almeida, del Partido Social Cristiano (PSC).
La frustración se apoderó de no pocos legisladores, porque el juicio a Celi, planteado por Juan Cristóbal Lloret, del bloque correísta de UNES, también tenía el respaldo de otros sectores, pero perdió en el Pleno.
Justamente, la votación para enjuiciar a Ortiz, que implicaba postergar el proceso contra Celi, mientras los ecuatorianos miran el reloj, esperando se resuelva la grave crisis ética y moral de la Contraloría, fragmentó a algunas bancadas.
En la escenografía del Poder Legislativo, los bloques dejaron ver sus entresijos.
Sin que les importe coincidir con UNES, de Izquierda Democrática (ID) se abstuvo Dalton Bacigalupo; del Partido Social Cristiano (PSC), Soledad Diab y Natalia Viteri; de CREO, Diego Ordóñez, y Fernando Villavicencio, de Concertación, entre los más visibles.
La decepción por postergar el proceso a Celi dejó también interrogantes y dudas. Y como en la era de la virtualidad la política está también en las redes, y los legisladores no necesitan sesionar para expresarse, siguieron opinando.
La asambleísta Soledad Diab, que integra la Comisión de Fiscalización, se hizo dos preguntas, en Twitter: 1) "¿Debemos esperar más tiempo para que la Asamblea enjuicie a Celi? Y, 2) ¿Lo están protegiendo?"
La segunda pregunta es muy delicada porque sus propios coidearios, al igual que los asambleístas de CREO, la ID, Pachakutik y otros, votaron por enjuiciar primero a Ortiz.
El fin de semana, Fernando Villavicencio, quien preside la Comisión de Fiscalización, reveló, también en Twitter, que existió un acuerdo de varias bancadas para priorizar el juicio a Celi.
Pero que, sin haber puesto en conocimiento del Pleno, el informe de la Comisión de Fiscalización y tras negar la moción de Ronny Aleaga, quien propuso comenzar por Celi, se aprobó el juicio a Ortiz.
Este tuit hace recordar que, sin pasar a mayores, la semana anterior, en el Pleno, se produjo una discrepancia entre Guadalupe Llori y Villavicencio, por el tiempo y las formalidades inobservadas por la Secretaría de la Asamblea en el envío del informe a la Comisión que él preside.
En realidad, ¿qué gana y qué pierde la Asamblea enjuiciando y destituyendo al exministro Ortiz ahora o dentro de unas semanas o meses?
La respuesta es nada y eso abonó las suspicacias, hasta que el fin de semana ocurrió lo impensable.
El domingo por la noche, cuando el país hablaba de fútbol, el PSC y la Bancada del Acuerdo Nacional (BAN), usando las redes sociales, pidieron a la presidenta Llori que convoque al Pleno, de manera urgente, para resolver el caso Celi.
¿Qué les hizo cambiar de parecer a quienes votaron por primero enjuiciar a Ortiz y postergar el juicio del contralor en prisión?
Difícil acertar porque los políticos suelen cambiar no solo de parecer, sino hasta de pelaje, cuando hay que mimetizarse con las circunstancias y el poder.
Eso sí, algunos creen que la designación de Carlos Riofrío, como subcontralor, por parte de Pablo Celi, les ubicó en la realidad de un funcionario gobernando desde la cárcel, aunque la decisión de pedir a Llori que convoque al Pleno habría llegado del exterior.
Como quiera que fuere, el fin de semana, hubo algo más, antes del cambio de parecer del PSC y del BAN, que lo integran CREO, ID, Pachakutik e independientes.
En un tuit, Fernando Villavicencio le dijo al Presidente Lasso que Ecuador ya no aguanta más, y le pidió cumpla su promesa y llame a consulta popular para eliminar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) y para disminuir el número de asambleístas con una Asamblea Bicameral. ¡En fin!
El caso Celi tendrá un nuevo giro en la Asamblea Nacional, pero será muy difícil olvidar cómo la mayoría oficialista mostró tal aturdimiento político a la hora de resolverlo, que parecía que se iba a sabotear a sí misma. Finalmente, lo enjuiciará, censurará y destituirá, y "salvará los muebles".