Leyenda Urbana
Asamblea Nacional, un nido de conspiradores y de golpistas
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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En un país que ardía por un paro nacional indefinido y los ecuatorianos contenían la respiración, porque en la Asamblea Nacional se votaba una moción para destituir al presidente de la República, Guillermo Lasso, la legisladora Wilma Andrade, de Izquierda Democrática (ID), reclamó porque algo extraño sucedió con su voto electrónico.
Era el 28 de junio de 2022 y en Twitter, donde el odio es la marca de la casa, literalmente, se abalanzaron en contra de ella, sin imaginar que lo que sucedía con la votación, estaba fuera del control de los legisladores.
Que una sesión en la que se trataría la destitución del primer mandatario no se hiciera de manera presencial, porque el presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, negó el pedido de algunos parlamentarios para reunirse en el Hemiciclo, no podía sino ser parte de una estrategia bien calculada.
Es la segunda vez, en siete meses, que la Asamblea pretende destituir al presidente Lasso, con el argumento de la conmoción social. La primera fue en noviembre de 2021. Esta vez, en junio pasado, estuvieron a un tris de conseguirlo, apelando a todas las argucias y a la esencia conspirativa de una Legislatura extraviada.
Cuando se supo que lo mismo que le sucedió a Wilma Andrade les pasó a Dalton Bacigalupo (ID), Marlon Cadena, jefe del Bloque de ID y Guido Chiriboga, director de Creo, no hubo más remedio que admitir que se intentó burlar la voluntad de los asambleístas.
La clave para descubrir la trama fue un video que presentó Bacigalupo; las imágenes eran incontrastables. En su pantalla, él ponía el cursor en No, pero este se movía solo y se ubicaba sobre el Sí.
Alguien votaba por ellos.
Puesta en evidencia la rastrera maniobra, se ordenó la nueva votación, confirmado que el sistema estaba siendo manipulado.
Ahora sí, habían llegado demasiado lejos.
Con los testimonios y las evidencias exhibidas, pocos dudarán, hoy, de que votar de forma remota habría sido una premeditada maniobra; ratificada con el voto de Saquicela por la destitución del presidente de la República.
Por eso, la oposición requerirá mucho coraje ético para persistir hasta lograr que se conozca lo que realmente pasó y desenredar la patraña. Si no lo hacen, se repetirá la infamia; mientras que la Fiscalía, tendrá que empeñarse a fondo para descubrir a los complotados y ponerlos ante la justicia.
Sería lesivo para la dignidad del país que el presidente de la Asamblea se saliera con la suya, desestimando los hechos y las denuncias, más aún si habría evidencias de que el informe de la Unidad de Tecnología de la Asamblea sobre la manipulación de los votos, que él mismo distribuyó, también habría sido manipulado.
'Bajarse' a Lasso es el objetivo supremo del correísmo, que no cejará nunca. Ya lo hicieron en noviembre pasado a propósito de los 'Pandora Papers'. Y buscarán nuevos pretextos.
No recuerdan que por pedido del asambleísta de UNES, Ronny Aleaga se le arranchó esa investigación a la Comisión de Fiscalización y se la entregó a la de Garantías Constitucionales, Derechos Humanos, Derechos Colectivos y la Interculturalidad, que preside Fernando Cabascago, de Pachakutilk, aquel que llama "glorioso" a octubre de 2019.
Y que el informe que presentó fue un mamotreto, pero con nitroglicerina incorporada.
De entrada, recomendaba la destitución del Presidente por una supuesta "conmoción interna", tras sospechar que Guillermo Lasso inobservó la norma que prohíbe a los candidatos presidenciales poseer bienes o inversiones en paraísos fiscales.
¿Y acaso han olvidado qué organización se hizo eco, de inmediato, de ese informe? Exacto. La Conaie de Leonidas Iza.
"Si el señor Lasso inobservó el pacto ético aprobado en consulta popular, está prohibido de ejercer un cargo público por su vinculación con empresas fantasmas establecidas en paraísos fiscales", dijo la organización en un comunicado, en el que habló de conmoción social.
Pero el Partido Social Cristiano (PSC) le salió al paso y, en un mensaje al país, sostuvo que la causal de la conmoción social no era aplicable en este caso, "al tenor de dos dictámenes de la Corte Constitucional", con lo cual deshizo el complot.
Correa encajó el golpe.
En Twitter escribió: "Las fuerzas patrióticas deberían aprender de la oligarquía: siempre se une cuando ven sus intereses en peligro".
Siete meses después, el sentenciado de Bélgica ha vuelto a perder, y esta vez de forma contundente porque la siniestra operación política estuvo alentada por un paro convocado por la Conaie, que duró 18 días y dejó muertos, división y millonarias pérdidas, pero no le sirvió para sus fines golpistas.
Al respecto, ¿ignorará Saquicela que las movilizaciones que configuraron el "grave estado de conmoción social y política" lo provocaron los infiltrados de sus actuales socios para sembrar el caos?
¿Habrá escuchado al dirigente indígena, Marlon Santi, quien de forma pública dijo: "señor Correa, retire a su gente de nuestras filas?"
Y sabrá que los hechos se precipitaron tras la divulgación de una foto del asambleísta Aleaga en la piscina, en Miami, junto a Xavier Jordán, investigado por la justicia por presuntas relaciones con el narcotráfico.
Con Saquicela en la Presidencia de la Asamblea, el correísmo habrá encontrado quién le haga los mandados. Y eso es siniestro.
Luego de destituir a la segunda Vicepresidenta, Yeseña Guamaní, irán por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, y, de allí, apuntarán a la Fiscal General. Nunca se detendrán.
El golpe de Estado informático, aunque ha sido en grado de tentativa, debe ser investigado a fondo y sus autores materiales e intelectuales, sancionados. Solo así los conspiradores y golpistas que anidan la Asamblea, rechazada por el 92% de ecuatorianos, controlarán sus bajos instintos.