El Chef de la Política
En la Asamblea Nacional está el “otro” de la política
Politólogo, investigador de FLACSO Ecuador, analista político y Director de la Asociación Ecuatoriana de Ciencia Política (Aecip).
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El ejercicio de la actividad política implica conflicto. Por tanto, si la confrontación no está presente, la política pierde su sentido más profundo. La razón de lo dicho está en la propia naturaleza humana, mezquina y atada a intereses particulares que, en ocasiones, se revelan de forma más evidente.
Dicho de otro modo, si los seres humanos fuéramos ángeles, asumidos estos seres desde cualquier perspectiva deísta o teísta, el gobierno y la estructura del aparato estatal serían absolutamente innecesarios. Fuerte declaración, pero a la par, real. Así es la política en cualquier espacio en el que es posible expresar las preferencias de las personas. Ese es el gran “mal” de la democracia pues facilita que las posiciones contrapuestas puedan confrontar dentro de determinados acuerdos mínimos de convivencia. Por estas razones, siempre es más difícil resolver los entuertos políticos en democracia que en dictadura.
Dado el conflicto intrínseco de la vida política, para que la disputa puede darse se requiere de dos fuerzas opuestas. Ahí nace la idea del “otro”. La idea del legítimo contradictor frente al que me posiciono para propiciar el conflicto. Una agrupación política, un líder partidista, una corriente ideológica, un credo religioso, una estructura cultural, una institución o una nacionalidad pueden ser asumidas como el “otro”. Lo interesante de este ejercicio de construcción del escenario político está en que quien detenta el poder es el que tiene la capacidad de decidir con quién tensiona. No hay un ejercicio de autoproclamación sino de selección externa.
Noboa, directa o indirectamente, entiende esta lógica. Por eso escoge como el “otro” a una institución históricamente diezmada, en cuanto a credibilidad ciudadana, como es la Asamblea Nacional. Las declaraciones presidenciales respecto a los asambleístas, la postura de sus ministros en referencia a la legislatura y las expresiones de la bancada oficialista dan cuenta de ello.
La Asamblea Nacional es un perfecto contradictor no solo porque goza de menos recursos políticos que el presidente, sino también porque allí hay un “otro” que no se puede individualizar, sino que engloba a todas las fuerzas políticas ajenas a la de gobierno.
Esa combinación es perfecta en términos políticos para Noboa. Tratar de empujar abiertamente a la Asamblea Nacional como el “otro” lo confronta ante algo etéreo, sin rostro, pero que permite a la población identificar como lo negativo a todo lo que no sea el presidente. No solo eso. Esta estrategia facilita trasladar costos de deficiencias en la administración pública a la legislatura al tiempo que deja abierto el campo para que el gobierno se atribuya de forma exclusiva los avances y eventuales logros. Cuando la campaña electoral se inicie, esta relación relativamente tensa entre Ejecutivo y Legislativo probablemente se volverá más evidente si desde la Asamblea Nacional no existe una estrategia para rehuir el rol de “otro” que se le pretende endosar.
Plantear la política recurriendo a la Asamblea Nacional como el “otro”, el que no está del lado de lo ciudadano, de lo popular, en general arroja resultados electorales favorables.
Hacia allá deben estar apuntando en el gobierno para los meses siguientes y en esa clave se pueden entender también las declaraciones actuales de diversos voceros, en el sentido de que se pretende terminar anticipadamente el gobierno de Noboa. Nada de eso está en la agenda política ahora mismo pero la ausencia de reacción de la legislatura permite que ese relato se empiece a posicionar. No se trata, por tanto, de un delirio de persecución desde el gobierno ni mucho menos. No solo hay un libreto bien diseñado, sino que además parece tener efectos positivos, al menos de momento, a juzgar por lo que las encuestadoras dicen sobre la aceptación a la gestión presidencial (que no implica intención de voto, desde luego).
A medida que se acerque el proceso electoral se verá si la estrategia de posicionar como el “otro” a la Asamblea Nacional ofrece réditos a Noboa, su candidatura y la de su movimiento político, aprobado en tiempo récord.
En un escenario óptimo para Carondelet, no solo habría reelección sino además una porción importante de la legislatura a su favor. En un escenario sub-óptimo, si hay reelección, pero con Asamblea Nacional adversa, la posibilidad de la muerte cruzada siempre estará allí. Por esa vía, si los resultados legislativos no son del todo cómodos, habrá espacio para reordenar rápidamente la próxima legislatura. Cuando esa suceda volveremos a discutir sobre lo impertinente que resulta esa figura constitucional, heredada de los acuerdos pluri multi de Montecristi.