Con Criterio Liberal
Ya solo queda gestionar, Presidente Lasso
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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La Asamblea de Ecuador ha rechazado de manera vergonzosa y abrumadora (87 votos a 44) la propuesta de ley de Atracción de Inversiones.
Los argumentos esgrimidos no eran sino eslóganes gritados, nunca hubo un trabajo serio de proponer alternativas o siquiera de leer la ley por parte de los asambleístas.
Es clamoroso que el país de América Latina que lleva más de una década recibiendo menos Inversión Extranjera Directa, solo por debajo de Haití, Paraguay, Argentina y Venezuela (no los modelos a seguir), no pueda aprobar una Ley de inversiones para crear empresas que generen puestos de trabajo, cuando el 70% de los ciudadanos no encuentra empleo adecuado y no lo encuentra pues no hay empresas invirtiendo más.
La derrota para el gobierno es tal que no cabe ya esperanza alguna de aprobar ninguna ley razonable en esta Asamblea, y así lo ha dejado claro el presidente Guillermo Lasso cuando ha denunciado las espurias peticiones que le hacían algunos asambleístas para transar apoyos.
Ante esta incapacidad para operar de la Asamblea, muchos plantean la muerte cruzada. Yo soy incapaz de entender por qué quienes lo proponen creen que de las siguientes elecciones saldrá una Asamblea más operativa y razonable que se pueda entender con el Presidente, que puede ser o no ser Lasso.
La primera regla del poder es que nunca hay un vacío de poder. Si la Asamblea y la Presidencia están en mínimos históricos de valoración popular, es la situación ideal para que cualquier candidato populista aproveche la oportunidad.
Sin embargo, creo que sí hay una salida para el Presidente Lasso: centrarse en hacer bien lo que sí puede hacer.
Si el Poder Legislativo no coopera y no se puede cambiar el Poder Judicial (otra reforma imprescindible), al menos se podría mejorar el Poder Ejecutivo.
El gobierno de Lasso puede concentrarse en hacer la administración del Estado mucho más eficiente y funcional para los ciudadanos.
Es sorprendente que aún no se haya anunciado un plan serio contra la corrupción.
El grave problema de inseguridad (dentro y fuera de las cárceles) no se ha solucionado.
El funcionamiento del Estado sigue adoleciendo de tremendas fallas de eficiencia en prácticamente todos los sectores, y ni siquiera se han contratado auditorías en los distintos organismos para depurarlas y hacer planes de mejora.
Se puede reducir muchísimo la burocracia tan solo haciendo más eficientes los procedimientos de la Administración, y ni se ha planteado algo a este respecto.
Es evidente desde la primera vuelta que Lasso no podrá cumplir con su programa electoral, y me parece muy difícil que pueda salir reelegido, pues sin cambios legislativos no habrá cambios estructurales que permitan una mejora de la economía trascendental.
Pero aún puede dejar un legado al país: un legado de eficiencia y transparencia, de lucha contra la delincuencia y la corrupción, y dejar un Estado mucho más funcional y una manera honesta de gobernar.
Al Presidente Lasso en estos tres años de mandato solo le queda cumplir con el país y hacer bien lo que sí puede hacer desde el Poder Ejecutivo sin contar con el Legislativo: gestionar.