Con Criterio Liberal
Aprendiendo a debatir, los jóvenes dan ejemplo en Ecuador
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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Domingo de feriado a las ocho de la noche y el aula universitaria está llena. Hay más de 40 jóvenes que escuchan, expectantes, los siete minutos de diatriba que tiene cada contendiente para defender la posición que le ha tocado por sorteo.
Este fin de semana se ha celebrado el segundo Campeonato Nacional de Debate Universitario de Ecuador, con más de 100 jóvenes participando, de ocho universidades de distintas provincias y unos 20 jueces internacionales.
Un modelo de lo que podría ser el debate público de Ecuador, donde lo que se valora son los argumentos y se penalizan las falacias.
Se debate sobre los asuntos y no sobre las personas.
¿Sería usted capaz de argumentar durante siete minutos y solo con quince minutos de preparación desde que le dicen el tema y la posición que le toca defender?
Algunas de las mociones que se han debatido en este campeonato han sido:
"Esta casa cree que los movimientos sociales de países occidentales deberían apoyar activamente el derecho de ofender".
O "Esta casa, como pareja sentimental, priorizaría las emociones y las experiencias excepcionales por encima de la adaptación a las rutinas al momento de construir una relación amorosa".
¿Sería usted capaz de desarrollar las habilidades de escucha atenta, pensamiento crítico y de oratoria para refutar lo que dice su oponente?
Estos jóvenes son los mejores representantes de sus universidades, y lo han logrado a base de años de estar entrenando hasta tres tardes por semana en este deporte intelectual que es el debate universitario.
Estudiantes que se han puesto a prueba contra universitarios de Hispanoamérica, en campeonatos online, durante la pandemia.
La moción de la final fue: "Esta casa cree que es el momento de que se active el mecanismo de muerte cruzada en Ecuador".
Les aseguro que si la media de los asambleístas de Ecuador debatiese la vigésima parte de bien que el peor de estos chicos, el futuro del país sería muchísimo mejor.
La capacidad de argumentar y escuchar con respeto, de refutar sin falacias, de tener una buena oratoria sin estridencias, pero con trucos oratorios para persuadir, son habilidades que no solo sirven a nivel personal, así sea que queramos vender en la empresa, liderar como jefes, comunicar como profesores o expresar nuestros puntos de vista en una discusión.
Es una habilidad que mejora la calidad de la democracia y de la convivencia en general.
No hay más que comprobar el lamentable nivel de argumentación que exhiben tanto los políticos como los ciudadanos en redes, y lo difícil que se hace profundizar en los temas de fondo sin caer en falacias o ataques ad hominem.
Esta noche, en esta aula, estos jóvenes de Quito, Guayaquil, Cuenca, Manta representan una esperanza para Ecuador y la calidad de su democracia.
Por cierto, ganaron Martín Luna y Javier Ñamu de la Universidad San Francisco de Quito, a quienes les tocó defender desde cámara baja de gobierno que sí debería activarse la muerte cruzada en Ecuador.