Andrés Michelena responde a columna de Primicias
Ministro de Telecomunicaciones de Ecuador.
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El contexto es requisito esencial en la tarea periodística, inclusive en el complejo ejercicio de emitir opiniones y críticas. Mis declaraciones en Radio Visión abordaron una temática precisa y de interés para todos los ecuatorianos: la intensificación del proceso de simplificación de trámites, recurriendo a la tecnología digital, en todo el sector público ecuatoriano (no solo el Gobierno Central).
Esta difícil tarea, convertida en política pública por decisión del Presidente de la República, otorgó al Ministerio de Telecomunicaciones (Mintel) la rectoría del proceso y la responsabilidad de liderar la puesta en marcha de los planes y programas que involucran a todas las entidades del Estado ecuatoriano.
Desborda la naturaleza de esta nota, detallar la complejidad y el alcance de esta temática, que en otro momento y espacio ojalá podamos abordar. Lo refiero aquí para contextualizar lo que dije a la audiencia de Radio Visión y, de esa forma, disipar la falsa idea de que actuamos con insensatez, incompetencia e insensibilidad.
Textualmente, Thalía Flores anotó: “La pasada, fue otra semana fatal para el Gobierno. La insensatez se apoderó también del ministro de Telecomunicaciones, Andrés Michelena, al declarar, sin ruborizarse, que ya no hace falta hacer más hospitales y escuelas si hay la educación virtual y la medicina virtual. ‘Eso es lo que me ha encargado el Presidente".
La atención de los servicios públicos de educación y salud, aparte de ser obligatoria por mandato constitucional, es la piedra angular de la política social del Gobierno del Presidente Lenín Moreno. De ahí las inversiones que se hacen en esas áreas, como en otras que tienen que ver con la mejora de la calidad de vida de los ecuatorianos.
Sin embargo, el propio Jefe de Estado también ha dicho y ordenado que, dada la limitación actual de la caja fiscal, urge introducir parámetros que mejoren la inversión, la eficiencia y la calidad de tales servicios. Ahí encaja la tecnología digital, y el significado de mis declaraciones, que maliciosamente se pretende degradar.
La educación virtual –a través de la creciente conectividad digital que está en marcha- le abrirá al niño, al joven, al adulto, incluso al adulto mayor… un campo de posibilidades reales para mejorar su formación y acceder a más conocimiento.
En ese sentido, mientras pasa el tiempo y se acentúan los procesos digitales, la escuela virtual irá ganando peso formativo e importancia social, lo que no quiere decir la que la escuela física no importe y menos que vaya a desaparecer.
La formación digital es una herramienta de uso creciente y relativamente menos costosa. Es una herramienta que abre el camino hacia el conocimiento. Eso explica que miles de ecuatorianos hayan cursado doctorados, maestrías, etcétera, de manera virtual y a través de los sistemas en línea.
A eso me referí cuando mencioné la importancia de la escuela virtual, frente a la escuela física, no al hecho de que haya una orden presidencial para ignorarlas o desaparecerlas. De ahí que, aparte de temeraria, la lectura que hace la referida columnista es, simplemente, absurda.
Exactamente el mismo concepto cabe para explicar el tema de la medicina virtual frente al hospital físico en el Ecuador de hoy. El uso de la tecnología digital en los sistemas de salud pública del país abre las puertas para una mayor equidad social y para mejorar la atención de los ecuatorianos.
Eso, a la vez, ahorrará tiempo y una mejora sustancial en el uso de los fondos públicos. Por ejemplo, una vez que esté en marcha el sistema digital integrado de salud, se reducirá en 20% la carga de demanda de citas médicas, lo que se traducirá en un ahorro para el Estado ecuatoriano en el orden de los USD 300 millones anuales.
En ambos casos -educación y salud a través de la tecnología digital-, el Gobierno Nacional trabaja para que esta poderosa herramienta sea factor de ahorro para el Estado, y sobre todo, puntal de desarrollo para el país.
Debemos tener presente, además, que la tecnología digital será masivamente utilizada por los ecuatorianos, cuando el Ecuador disponga de una sólida y adecuada conectividad, y cuando el país desarrolle una nueva cultura digital, de la cual, como sociedad, nadie está ajeno ni distante.
“En plena batalla mundial contra el coronavirus, y mientras China se ufana de construir un hospital para miles de pacientes en solo 10 días, la declaración del ministro Michelena, en Radio Visión, es signo de incompetencia y un alarde de insensibilidad.”
Frente a esta afirmación descalificadora, creo que lo anotado líneas arriba me relevan de más comentarios, y el lector sabrá juzgar lo que anota la columnista.