Canal cero
La rebelión de las alcabalas y su líder asesinado
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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En 1592 era presidente de la Real Audiencia de Quito Manuel Barros de San Millán, hombre de carácter agrio y autoritario. Era defensor de los indios, en cuyo beneficio había tomado varias medidas. Por ello era impopular entre blancos y mestizos.
El 22 de julio de 1592 se recibió en la ciudad de Quito la cédula real que disponía el pago de un nuevo impuesto sobre las ventas y permutas, que debía cobrarse desde agosto de ese año.
El Ayuntamiento de Quito decidió no aceptar dicha imposición y pedir al rey que la exonerara del tributo. Como la Audiencia no dio paso al pedido y mantuvo la decisión de comenzar el cobro, el Ayuntamiento acudió ante el procurador Alonso Moreno Bellido para que asumiera las acciones encaminadas a impedir el pago del impuesto.
Hubo agitación y Barros hizo apresar a Moreno Bellido, convertido en el gran líder de la población. Había nacido en Tumerqué, Nueva Granada, y se radicó en Quito, donde fue nombrado procurador del Cabildo.
Los españoles lo llamaban despectivamente 'Cacique de Tumerqué'. El Cabildo pidió su liberación, que fue negada. Frente a ello, la poblada atacó la cárcel y lo liberó.
Barros pidió auxilio al Virrey de Lima, García Hurtado de Mendoza, que envió una tropa de arcabuceros al mando del capitán Pedro de Arana.
Cuando llegó esa noticia a Quito, los quiteños prepararon una fuerza para enfrentarla. Fray Pedro Bedón, un dominico quiteño muy prestigioso, intervino en defensa del pueblo y logró que se prometiera escucharlo a cambio de deponer las armas.
Pero el gobierno rompió su palabra y desató una fuerte represión. El pueblo reaccionó y continuó exigiendo desde las calles que se ordenara a Arana no entrar a Quito.
El 28 de diciembre de 1592, en la noche, el procurador Moreno Bellido fue herido de muerte por tiros de arcabuz.
Se dijo que le habían disparado desde la casa de la Audiencia. Frente a ello, se amotinó de nuevo el pueblo, que buscaba a Barros para matarle, pero logró escapar. En medio del tumulto cayó muerto un sobrino del oidor Zorrilla. Hubo varias semanas de tensión.
En marzo llegó a Guayaquil Esteban Marañón, nombrado visitador. Logró que el pueblo de Quito aceptara pagar la alcabala y permitiera la entrada de Arana a cambio de garantías de que no habría retaliaciones contra los dirigentes.
Pero apenas llegó a la capital, Arana desató la represión. Persiguió a los líderes de la rebelión e hizo ahorcar a Martín Jimeno, al prestigioso regidor Diego de Arcos y a diez más. Solo un tiempo después el virrey emitió un perdón general y volvió la calma.
Mientras que Esteban Marañón fue nombrado presidente de la Audiencia y recobró el control del gobierno.
El descontento social que estalló por la alcabala era síntoma de la transición a un régimen en que la Corona y sus representantes consolidaron su poder en desmedro de los colonizadores y encomenderos. Se iniciaba el 'mandato directo' del Estado colonial.