Tragaluz
Al consejero Santiago Cuesta le bailan los millones en la cabeza
Sociólogo, doctor en Ciencia Política de la Universidad de Salamanca. Durante 12 años adquirió destrezas en el periodismo. Empezó como redactor económico en el Diario Hoy, donde llegó a ocupar el cargo de Director General. Tras cursar estudios de postgrad
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Son su obsesión ¡qué duda cabe! Les da vueltas, los maquina, se imagina proyectos, lanza ideas, todo alrededor del Estado. Directo y sin rodeos, no esconde sus propósitos.
A pesar de ser un funcionario polémico, poco tinoso, muy desprestigiado, incluso en el círculo más íntimo del presidente, Moreno parece tenerle un aprecio especial. Quizá sea su compañero de cantos en Palacio, puesto de honor.
El catálogo de sus proyectos fantasiosos y millonarios, al menos de aquellos que se han hecho públicos, incluye el tren playero, la concesión de CNT (la joya de la corona), la refinería y el puerto de Esmeraldas, y la construcción de una nueva y enorme refinería.
Aunque las cifras que maneja y lanza a la opinión pública suelen ser confusas y erráticas, entre todos esos proyectos hay negocios con el Estado por unos USD 12.500 millones. Cuesta no se anda por las ramas.
El tren playero, que en el plan original recorrería un trayecto desde Durán hasta Manta, contemplaba una inversión privada de USD 1.000 millones. Nunca se mostraron estudios técnicos de factibilidad, simplemente se lanzó la idea. ¿Dónde quedó?
Luego vino el anuncio de la concesión de CNT, tema que produjo serias polémicas al interior del gobierno. Cuesta habló de una empresa cuyos activos alcanzaban USD 4.000 millones. Especuló con una concesion que le daría al Estado suculentos ingresos anuales. Poco después supimos, por boca del mismo consejero, que CNT ni siquiera tenía estados financieros actualizados.
Días atrás, anunció nuevas iniciativas. Una de ellos, la Refinería de Esmeraldas. El confuso consejero habló simultáneamente de concesionarla, cerrarla y/o repararla (a un costo de USD 500 millones). ¿Qué mismo?
Provoca tales enredos, que nos preguntamos quién decide las políticas hidrocarburíferas -él o Carlos Pérez- y quién las anuncia. ¿Qué pasará con la refinería? Nos deja solo confusión.
De su portafolio de proyectos salió también el puerto de Esmeraldas, cuyo valor calculó en USD 1.000 millones. Dijo que se le entregará al municipio de la ciudad para que éste luego concesione su operación. Todo muy armado.
Y su última carta, enorme, salió con más fuerza y atrevimiento, amparada en el Decreto Presidencial 861. Esta vez Moreno fue más lejos. El decreto autoriza, con carácter excepcional (¡uyuyuy!), el diseño, construcción y operación de una refinería de alta conversión en la Región Costa.
El decreto se emitió el 27 de agosto, y las ofertas -expresiones de interés, en realidad- se podían recibir desde el 28 de agosto. Pero Cuesta ya había presentado días antes al empresario mexicano, Bulmaro Delgado Bahena, como un serio interesado en construir el proyecto.
La refinería costaría USD 6.000 millones y deberá procesar 200.000 barriles diarios. Carlos Pérez ha dicho que no se trata de una licitación común, sino de un proceso especial.
PRIMICIAS indagó sobre el empresario mexicano, lo caracterizó como un personaje misterioso, representante legal y director de la empresa Ingeniería y Construcciones Coliseum S.A. de C.V.
El consejero también habló de seis empresas extranjeras interesadas en la nueva refinería. British Petroleum, Shell, dos empresas mexicanas, una firma francesa y una suiza han solicitado información, dijo. Con él, los tiempos siempre son confusos.
Al consejero Cuesta, qué duda cabe, le bailan los millones en la cabeza. Y Moreno, el ingenuo y bonachón Moreno, el de la cirugía mayor a la corrupción, le ha puesto alfombra roja para que permitirle soñar.
¡Uyuyuyuy!