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¿Cómo pasar de poco dinero a mucho dinero?
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Comencemos con un examen respondiendo sí o no:
- ¿Trato de ahorrar cada mes?
- ¿Trato de pagar deudas?
- ¿Trato de ganar más?
- ¿Soy responsable de mis finanzas?
- ¿Trato de cobrar por mis servicios o productos?
- ¿Hago caso de consejos financieros?
- ¿Hago caso a mi corazón y a mi mente?
- ¿Tomo decisiones acertadas?
¿Cuál es la conexión entre las primeras cuatro preguntas y las otras cuatro? Que el manejo de dinero es mental.
Según la experta financiera Leisa Peterson, si no cobro por mis productos, si creo que mis servicios son de poco valor, envío un mensaje a mi mente de que no quiero tener más dinero, de que no tengo derecho a la abundancia.
En mi caso, decidí impulsar mi trabajo creando un espacio inspirador en mi casa. La arquitecta Micaela Portilla me hizo una propuesta tan mágica que no pude declinar. Se llama "estudio para una escritora".
Su diseño se convirtió en mi musa. Sueño con verme frente a un escritorio moderno y amplio, junto a la ventana que da al jardín. Mis libros favoritos en orden y una mesa con la cafetera humeante.
Solo el costo me impactó.
Recordé a Leisa Peterson y me decidí: será mi regalo de cumpleaños y Navidad. Cortaré las salidas a comer y las compras innecesarias para recuperar la inversión. Espero escribir bastantes artículos y libros ahí.
¿Cómo pasar de poco dinero a mucho dinero?
1. Sentir que mi trabajo es útil y hacerlo valer.
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Propongo el pre ahorro: cada mes, en cuanto reciba mi ingreso, mando el dinero que quiero ahorrar a una cuenta nueva.
Por ejemplo, si gano USD 1.500 pido al banco que transfiera todos los meses USD 100 a la cuenta que no es de uso diario. Así no tendré la tentación de gastar.
Una vez tomada la decisión, el pre ahorro pasa a ser un gasto fijo más. Las personas que ahorran tienen mejor calidad de vida, sin importar su nivel económico.
3. No poner el dinero por encima de todo y en cada conversación: "No puedo darme ese lujo". "No es para mí". "Mientras más dinero, más exitoso". "Solo los ricos… bla bla". Son mensajes negativos que mi mente los toma como reales. Cambiar estas expresiones por: "Éxito es ser mejor persona". "Mejor ser que tener".
No hay que reverenciar al dinero. Los niños educados en la austeridad y la escasez económica se adaptan más fácilmente a los retos de la vida. ¿Por qué escasez? Porque bien manejada, enseña más que el derroche.
Yo era gastadora, pero la semilla del ahorro que dejaron mis papás quedó en mí. Vivíamos de forma austera y no nos consentían con regalos ni dulces.
Por eso fue fácil entrar en una existencia consciente y frugal. Porque encontré la lógica.
La lógica es que "vivimos en un mundo finito con deseos infinitos", como dice Alicia Valero, de la Universidad de Zaragoza.
Los recursos se terminan y es momento de ser sostenibles, ahorradores, sobrios. Reconocer que este es un aprendizaje para siempre: se puede aprender y tropezar, encontrar nuevas oportunidades según van pasando los ciclos de vida y las circunstancias.
La escasez que vivimos en la pandemia es un ejemplo de lo que se viene más temprano que tarde.
"Estamos al borde de la cornisa, casi a punto de caer", cantaba Gustavo Cerati y se aplica. Si seguimos a este ritmo, no habrá planeta para compensar tanta explotación, exigencia, desesperación por consumir.
Se viene el Black Friday y, sobre todo, en Estados Unidos, la gente se aloca y gasta en cosas que no necesita con plata que no tiene.
En Ecuador hay esperanza, ya que los colegios implementaron clases de educación financiera y desarrollo sostenible. 3,6 millones de estudiantes aprenderán a manejar su dinero y a cuidar el planeta.
4. Tomar buenas decisiones frente al dinero: sabían que solo el 38% de ecuatorianos ahorra. El 62% no tiene costumbre de ahorrar.
¿Qué gran proyecto vamos a cumplir con esa plata que nos cuesta tanto ganar, cada día, desde hace años? ¿Construir una casa? ¿Estudiar? ¿Tener una jubilación segura?
No decidamos que nuestro esfuerzo se haga agua.