La crucial relación entre el agua y el territorio en Ecuador
Estudia ciudades y condiciones generales de la producción. Arquitecto, investigador del Grupo LlactaLAB-Ciudades Sustentables, de la Universidad de Cuenca.
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El agua transforma la tierra en una monumental fuerza productiva.
El desarrollo del territorio ecuatoriano, en donde se asientan 222 ciudades como centros demográficos y económicos, ha requerido de cuantiosas inversiones y de esfuerzos realizados por el Estado y por sus habitantes, para edificar una compleja, pero extraordinaria red de obras públicas de abastecimiento de agua y saneamiento.
Por medio de esta red hidráulica, se suministra agua y se desalojan desechos, a cambio de un precio que no todos pueden pagar, cuestión que la vuelve insostenible.
Es por eso que, como país, necesitamos revisar quiénes explotan nuestras fuentes de agua y cómo el Gobierno entiende su función vital para la evolución económica y social.
Particularmente, el agua se incorpora en diversas actividades domésticas y empresariales, relacionadas con la agricultura, la generación de energías y todo tipo de industrias.
También, se usa como materia prima e incluso como forma de mercancía. Pero, su prestación es sumamente inequitativa.
Uno de cada tres ecuatorianos no tiene acceso al agua potable.
A este gran problema se suman otros dos:
- La falsa idea de partida, de solucionarlo para siempre, ocupada indistintamente por gobiernos e instituciones públicas cuando planifican el territorio.
- El objetivo privado de mercantilizar el agua y de vender una fantasía de futuro sustentable.
Estos problemas contrastan con la importancia vital del agua.
Y con su historia. Pues sin agua no se hubiera creado el actual territorio ecuatoriano. En este sentido, debemos exigir que los gobiernos incorporen innovaciones y desarrollos de ingeniería y tecnología en el proceso de provisión de agua a la población y a las empresas, y para resolver las frecuentes inundaciones.
Siendo una red en permanente construcción de obras, cada vez más grandes y costosas, como embalses de retención o estaciones pluviográficas, requiere de control e inversión monetaria gubernamental constante, para su correcta organización y funcionamiento en prácticamente todo el espacio ecuatoriano.
Solo en enero se anunciaron inversiones por USD 77 millones en zonas rurales.
Este cuantioso financiamiento, realizado históricamente por parte del Estado, se ha constituido en un espacio de valorización política importante, puesto que el agua es indispensable para la población, como ya lo hemos anotado.
En conclusión, el agua es un factor determinante para la vida y la producción en Ecuador.