Al aire libre
Con la adicción tocas fondo, pero puedes salir gracias al sudor
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Cuando nació mi hija Lua empecé a sentir una inquietud por el futuro, cómo está la adolescencia, cómo ingresan los chicos tan rápido al mundo del alcohol.
Sentí que todo se va "tempranizando".
Son las palabras de Michelle Cárdenas, organizadora y promotora de la carrera 'Run por la Vida'.
El mundo es de los que toman el toro por los cuernos. Nadie hace historia criticando al resto.
Así que Michelle empezó a hacer campañas de prevención de drogas para adolescentes. A visitar colegios con un psicólogo clínico para contar las consecuencias de las adicciones.
Poco a poco se fueron uniendo personas adictas en recuperación.
"Nos acompañaban a los colegios para hablar de su experiencia. Un chico contaba cómo se le fue de las manos el tema de la droga, cómo tocó fondo de una forma terrible y cómo se empezó a rehabilitar".
Andrés Miño, que lideró la campaña 'Por un mundo libre de drogas', dice que al ser humano le ayuda muchísimo tener metas y propósitos, como en una carrera atlética. Se enfoca y su mente va pensando en esa meta. La cumple y se pone otra meta. Y esto sirve igual para el día a día, para el trabajo, para la casa.
"En la parte física, con buena alimentación, hidratación y sudor, se te quita la necesidad de adicción", explica Andrés.
"En los poros hay memoria, y ahí quedan residuos de las sustancias y estas se van haciendo parte del cuerpo, por eso el cuerpo necesita seguir usando la droga, la nicotina, el alcohol, ciertos medicamentos. Con el sudor, el cuerpo empieza a tener calor y se van evacuando las sustancias tóxicas que no deberían estar ahí", agrega.
¡Así es! Sudar es lavarse por dentro.
Correr o hacer ejercicio físico son una forma de botar la energía y ocupar los pensamientos en algo que es bueno, que no te hace daño.
Según Michelle, un hijo tiene pocas oportunidades cuando el padre o la madre no le dan la opción de ver más allá, no le ayudan a desarrollar alguna destreza en cualquier deporte.
Cuando el niño aprende a nadar, va con su papá o mamá. Crece seguro, se supera, no se rinde. Se crean lazos para siempre con los suyos y con el resto de los deportistas.
Al entrar a la adolescencia, te sobra el tiempo y no sabes qué hacer. Empiezas a descubrir cosas. Los que tienen una destreza se van a hacer deporte; los que no, van a tomarse las bielas, los tragos, consumen drogas.
"En este lapso hay muchas consecuencias", advierte Michelle. "Hay personas que no logran controlar los efectos y quedan enganchadas. Pueden ser abusados, contraer enfermedades venéreas, quedar embarazadas y un montón de cosas más".
Los padres les advertimos, nos enojamos, pero lo mejor es enseñar a los chicos que hay otra opción, que hay algo más allá del alcohol y la droga.
"Mientras más destrezas buenas tengas, hay más oportunidad de ser feliz", agrega Michelle.
A veces no había presupuesto para dictar las charlas, entonces Michelle pensó en hacer carreras.
"Con ayuda de amigos, amigas, gente que corre, logramos sacar el proyecto 'Run por la Vida'. Ya vamos en la quinta edición y hemos llegado a los 800 competidores", cuenta.
Se trata de correr al aire libre, hoy en Papallacta, mañana en el Cotopaxi, Cuenca, en la selva, ir recorriendo Ecuador. Purificar el alma, respirar aire puro, vivir cosas que no vives en tu departamento, en el cine o en el centro comercial.