Una Habitación Propia
Por favor acósame, George Clooney
María Fernanda Ampuero, es una escritora y cronista guayaquileña, ha publicado los libros ‘Lo que aprendí en la peluquería’, ‘Permiso de residencia’ y ‘Pelea de gallos’.
Actualizada:
“Los hombres estamos sometidos permanentemente al peligro de que nos acusen de acoso. Es decir que el acoso es cuando viene de una persona fea. Pero si la persona es bien presentada de acuerdo a los cánones, suelen no pensar necesariamente en que es un acoso”.
Lenin Moreno
Tú estabas ahí cuando el presidente dijo esa porquería de que las mujeres nada más denunciamos a los feos, ¿no? Dime la verdad, ¿qué sentiste? ¿Te dio vergüenza ajena, pero no te quedó más que reír porque estabas en las primeras filas?
¿O te echaste la carcajada porque por fin alguien decía en voz alta algo que piensas hace mucho: que si los violadores fueran guapos estaríamos todas buscándolos en los callejones?
Te lo cuento porque tal vez no lo sepas, pero ya es hora de que estos datos se hagan carne en tu cabeza y en tu corazón: la violencia contra las mujeres sobrepasa el 50% en todas las provincias de Ecuador.
El 65% de las mujeres de este país (o sea, tus amigas, tu novia, tu esposa, tu sobrinita, tu prima, la chica que te gustaba en el colegio, tu hija, tu madre), ha experimentado por lo menos un hecho de violencia a lo largo de su vida (INEC, 2019).
No estamos hablando de dos o tres, amigo, hablamos de más de cinco millones de mujeres que están a tu alrededor, con las que compartes familia, vida, comunidad, país.
Muchas de ellas eran menores de edad cuando las violentaron. Muchas de ellas, amigo, eran niñas.
¿Crees que una niña de siete años (tu hijita, por ejemplo) estaría feliz de que la morbosee, no sé, George Clooney? No, ¿verdad? ¿Crees que si un hombre guapo obliga a una adolescente a mirarlo mientras se masturba en un bus ella se va a sentir halagada? ¿Crees que si nuestros violadores fueran guapos el horror de ser víctima de una violación pasaría a ser una comedia romántica?
Por favor, por favor, por favor, dime que no crees eso.
Tu complicidad y la de todas las personas que estaban en ese salón cuando Lenin volvió a violentar con sus palabras a millones de ecuatorianas que hemos sufrido acoso permite que estos pensamientos prosperen en las mentes de los hombres:
“Son unas exageradas, están locas, malditas feminazis, ya no se puede hacer bromas, no podemos decir nada, dictadoras, enfermas, amargadas”.
Tu complicidad y la de todas las personas que estaban en ese salón hace que a diario violen y acosen a las niñas, adolescentes y mujeres mientras tú aplaudes unas palabras estúpidas y peligrosas.
La próxima vez, amigo, por ti y por todas nosotras, levántate y sal de ahí.