Se busca una rana diminuta y robusta que invade Galápagos
La rana de árbol Scinax quinquefasciatus es tan diminuta que cabe en la palma de una mano, y su presencia en Galápagos encierra un inmenso enigma.
Fotografía sin fecha cedida por La Fundación Charles Darwin, que muestra una rana de árbol, especie invasora de Galápagos.
EFE
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Es una especie de rana muy adaptable, de entre 33 y 38 milímetros, nativa de Ecuador continental, que probablemente llegó a las Islas Galápagos mediante la transferencia de carga a finales de los 90.
Y el evento de El Niño, particularmente húmedo, facilitó el establecimiento de la especie en el archipiélago. Las islas no siempre tienen condiciones ambientales favorables para los anfibios, por la falta de reservorios de agua dulce o vastos bosques húmedos.
Pero esta ranita (Scinax quinquefasciatus), que cabe en la palma de la mano, se quedó para siempre y ahora supone una nueva amenaza invasora para las islas. Se suma a otras amenazas del archipiélago, como las moras o las ratas.
Según la investigadora alemana Heinke Jäger, de la Fundación Charles Darwin (FCD), los primeros registros de la rana se dieron en la isla Isabela y luego en Santa Cruz.
La rana -con manchas verdes, marrón o crema- "es muy dura, y probablemente esto ayudó a que se establezca en Galápagos", comentó Jäger.
Además, la rana hace tanta bulla en la noche que los pobladores se quejan de que no pueden dormir.
Una rana misteriosa
Entre las incógnitas en torno a la rana figura su forma de desplazamiento: ¿Lo hace sola o la lleva el hombre?
"Pensamos que sí la lleva el hombre porque la encontramos más en la zona agrícola y en áreas del Parque donde hay turistas", explicó Jäger.
Otra interrogante es la alimentación. Tras el análisis del estómago de 500 ranas, en colaboración con la Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL), determinaron que come principalmente insectos y polillas.
Esto "puede ser perjudicial para los pinzones que se alimentan de polillas, sobre todo si la rana se expande, pero no lo sabemos".
Con una presencia actual "manejable" en dos islas, la preocupación de los científicos es que algún día la rana llegue a Floreana, la única isla del archipiélago con una fuente de agua dulce.
Además, tratan de entender por qué desapareció de San Cristóbal. "Saber esto nos puede dar una pista de cómo controlar (la expansión) de la rana", dice el científico.
Los científicos conocen poco de la biología y ecología de la rana de árbol en Galápagos, pero ya han realizado análisis genéticos en Alemania.
Además, Amanda McCormack y tres estudiantes del Occidental College, de Estados Unidos, pondrán dos grabadoras en Santa Cruz, y a partir del 4 de enero en Isabela para captar el croar de las ranas y avanzar en los estudios.
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