Un satélite de USD 946 millones medirá la salud de la atmósfera y océanos
La NASA lanzará su revolucionario satélite PACE el jueves 8 de febrero, luego de aplazarlo en dos ocasiones por mal tiempo.
Vista frontal del satélite de la NASA, llamado PACE, a bordo de un cohete de Space X, en Florida, el 7 de febrero de 2024.
Red social X de SpaceX
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La NASA y SpaceX aplazaron por segunda vez el lanzamiento, previsto para este miércoles, desde Florida (EE.UU.) del satélite PACE que estudiará los efectos del cambio climático en océanos y la atmósfera. Ahora su despegue está previsto para el 8 de febrero a las 06:30.
Los fuertes vientos en Florida han impedido las pruebas previas al despegue y la empresa SpaceX, de propiedad de Elon Musk, confirmó los retrasos de este millonario equipo.
El satélite se mantiene en el carenado de un cohete Falcon 9 de SpaceX, en una plataforma de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en el centro de Florida.
"El vehículo y la carga útil se mantienen en buen estado y los equipos seguirán atentos a las condiciones meteorológicas", detalló SpaceX en su cuenta de X.
Una vez en el espacio, este revolucionario satélite, que costó USD 946 millones y tiene una vida útil de tres años, se ubicará a 676,5 kilómetros, es decir aún a mayor distancia de donde orbita la Estación Espacial Internacional (EEI).
¿Qué hará PACE en el espacio?
PACE (acrónimo inglés para Plancton, Aerosoles, Nubes y Ecosistemas Oceánicos) ampliará y mejorará los más de 20 años de observaciones globales por satélite de la NASA del océano, los aerosoles atmosféricos y las nubes.
Además, iniciará un conjunto avanzado de registros de datos relevantes para el clima.
Al determinar la distribución del fitoplancton, la misión ayudará a evaluar la salud de los océanos y también continuará las mediciones clave relacionadas con la calidad del aire y el clima.
El fitoplancton es solo el 1% de la masa vegetal total del planeta (incluida la terrestre), pero sin embargo "genera ese 50% a 60% de oxígeno que tenemos disponible en el planeta", dijo el lunes pasado la oceanógrafa de la NASA Violeta Sanjuan.
Los efectos del cambio climático en el océano son numerosos, desde la subida del nivel del mar hasta las olas de calor marinas, pasando por la pérdida de biodiversidad.
Con PACE, los investigadores podrán estudiar su efecto en la vida marina en su forma más pequeña.
Los satélites actuales son capaces de revelar la cantidad de fitoplancton, las diminutas plantas y algas que sostienen la red alimentaria marina, en la superficie del océano, pero no detectan la diversidad de especies.
El foco de estudio para este satélite, de casi 1.700 kilos de peso, es una combinación de sistemas terrestres, como dijo durante una teleconferencia Jeremy Werdell, científico de la misión.
"No es una misión oceánica, no es una misión atmosférica, no es una misión terrestre, es una misión que incluye todas esas cosas", agregó.
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